No estoy pasando por alto la dislexia, disgrafía y el TDAH de mi hijo en las solicitudes escolares

Durante los últimos cinco años, mi hijo ha asistido a una escuela privada especializada en estudiantes con dislexia. Han realizado una labor increíble con él. Y ahora está listo para estudiar bachillerato en una escuela regular.

Queremos enviarlo a una escuela charter pública o a una escuela de bachillerato privada (somos afortunados, no todos tienen esas opciones). Pero estas escuelas tienen un gran inconveniente: Tenemos que llenar solicitudes y debemos entregarlas pronto.

La razón por la que no me gusta llenar estas solicitudes es que en todas hay una pregunta en común que me es difícil de responder: Describa las destrezas y limitaciones de su hijo.

¿Cuál es su principal preocupación?

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Las fortalezas de mi hijo son abundantes y fáciles de resumir. Él es brillante, amable y con muchas ganas de aprender. Sus maestros me dicen que supera a sus compañeros en conocimiento de eventos actuales y en pensamiento crítico. Tiene buenas calificaciones y sobresale en deportes. También posee una rara combinación de compasión y arrogancia que lo hacen un líder nato.

En cuanto a sus limitaciones, bueno, eso es más complicado de explicar en un solicitud.

Henry tiene dislexia, disgrafía y , y esto ciertamente crea desafíos para él, desafíos que podrían calificar como “limitaciones”.

Me preocupa que al utilizar las etiquetas “dislexia” y “disgrafía” en una solicitud haga que el equipo de admisión piense que mi hijo es menos inteligente de lo que es. En mi experiencia, incluso las personas bien intencionadas, algunas veces no entienden estos desafíos.

Y desafortunadamente hemos pasado por eso. La gente se ha referido a mi hijo como “perezoso” y “desinteresado”. Otros han tratado de elogiarlo, pero ha sonado como insulto: “Guau, uno nunca se daría cuenta que su hijo es disléxico”. O, “su hijo tiene muy buenos modales para ser un niño con TDAH”.

Así es, he escuchado de todo. No obstante, existen cicatrices que no han sanado. Me preocupa que al dar demasiadas explicaciones de las dificultades de aprendizaje y de atención de mi hijo en sus solicitudes escolares pudiera dar espacio a los malentendidos. ¿Podría eso afectar su oportunidad para ser admitido en una escuela pública?

Por ejemplo, podría decir que Henry tiene problemas con la ortografía y dejarlo así. Dudo mucho que algún consejero de admisión lo rechazaría por eso. Pero si lo revelo todo, debería puntualizar que la dislexia causa que Henry tenga tan mala ortografía que en ocasiones ni siquiera el corrector sabe lo que él está intentando decir.

Así mismo, revelar que Henry no es bueno en gramática no activará ninguna alarma. Pero lo haría si explicara que Henry rara vez recuerda usar los signos de puntuación.

Aunque a decir verdad, las limitaciones de Henry lo han dirigido a grandes fortalezas. Sus desafíos le han infundido determinación y ampliado su punto de vista. Lo han ayudado a desarrollar el tipo de pensamiento innovador que diferencia al estudiante promedio del que es admirable.

Es cierto, no puede escribir nada a mano. Pero facilítenle un teclado y realizará un ensayo profundo y lleno de detalles. Sí, le faltarán signos de puntuación y la ortografía será deficiente. Pero eso no significa que no será maravilloso. ¿La escuela verá eso?

En cuanto a su capacidad para leer: las personas siempre asumen que los disléxicos no pueden leer. Sin embargo, la lectura es en realidad una de sus destrezas más sólidas. La dislexia ha ocasionado que tenga una conciencia fonémica limitada, por lo que no puede deletrear ninguna palabra. Pero su habilidad para leer usando el lenguaje y pistas del contexto es extraordinaria.

En cualquier caso, hemos reducido nuestra lista de solicitudes a sólo unos cuantos bachilleratos. Todas ellas afirman en sus folletos que reconocen y respetan que todos los chicos aprenden de manera diferente. Si ese es el caso, las limitaciones de mi hijo no deberían inquietar a nadie.

Pero, ¿qué pasa si sí lo hacen?

Supongo que en realidad sólo hay una forma de averiguarlo. No voy a pasar por alto las dificultades de aprendizaje de mi hijo. Estas son parte de lo que él es. Si mi honestidad espanta a esas escuelas, entonces ellos pierden. Él será una buena adición para cualquier escuela.

Explore maneras para identificar las fortalezas de su hijo. Y obtenga consejos sobre cómo hablar con su hijo acerca de sus fortalezas y limitaciones.

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