Por qué y cómo colaborar con el maestro de su hijo
Consejo práctico 1
Contáctelo desde el principio.
Contáctelo desde el principio.
No necesita esperar hasta la conferencia de padres y maestros para empezar a hablar con el maestro de su hijo. Contáctelo al inicio del año escolar para comenzar a desarrollar una relación. Puede que se requiera tiempo para que ambos se sientan cómodos intercambiando información.
Consejo práctico 2
Escriba lo que quiere decir.
Escriba lo que quiere decir.
Saber con anticipación lo que quiere decir puede facilitar la conversación. Prepare una lista de los temas que quiere tratar con el maestro. También puede hacer anotaciones después de la conversación que lo ayuden a recordar cuáles son los próximos pasos a seguir.
Consejo práctico 3
Sea específico.
Sea específico.
Cuando hable con el maestro, trate de ser específico sobre las fortalezas, intereses y desafíos de su hijo. Por ejemplo: "Las dos cosas que más le interesan a mi hijo son el fútbol y dibujar cómics". O, "he notado que mi hijo escribe a mano muy lentamente".
Consejo práctico 4
Haga preguntas.
Haga preguntas.
Si necesita más información o no entiende algo que dijo el maestro, pregúntele. Y si se le ocurre una pregunta después de su conversación, escríbala y envíesela por correo electrónico o pregúntesela cuando vuelvan a hablar.
El maestro y usted tienen un objetivo común: que su hijo tenga la mejor experiencia de aprendizaje.
Colaborar con el maestro lo puede ayudar a entender mejor a su hijo. También le brinda la oportunidad de compartir sus inquietudes sobre lo que sucede en la casa, que el maestro puede haber notado (o no) en la escuela.
Por ejemplo, el maestro podría comentarle que su hijo se frustra con las tareas y dice cosas como: “¿Por qué tenemos qué aprender esto?”. Quizá usted haya notado la misma reacción cuando es hora de hacer los deberes escolares en la casa. Juntos pueden encontrar maneras de responder a la frustración.
Colaborar con el maestro les permite encontrar estrategias que pueden ser implementadas en la escuela y en la casa.
Profundice
Si ha notado señales preocupantes o confusas en su hijo, hablar con el maestro es un buen primer paso. Intercambiar información puede darle una idea más clara de lo que está sucediendo.
Estas son cosas que puede decir si su hijo tiene dificultad con:
Pero la relación no se detiene ahí. El maestro es un aliado importante para obtener respuestas y encontrar las mejores maneras de ayudar a su hijo a progresar.
Hágale saber al maestro qué ha funcionado en el pasado y qué no. Puede que el maestro sugiera apoyos o técnicas de aprendizaje que podrían ayudarlo. También puede hablar sobre la opción de evaluar a su hijo.
Comprender cuáles son las fortalezas, los intereses y desafíos de su hijo ayuda al maestro a desarrollar un enfoque educativo que funcione para él. También lo ayuda a predecir qué podría resultarle difícil e identificar qué tipo de apoyo lo beneficiaría.
Contar con este tipo de información facilita que el maestro pueda involucrar a su hijo en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, supongamos que la escritura es un área de dificultad para su hijo y el maestro sabe que a él le fascinan los perros. El maestro podría encontrar una manera de incorporar ese interés por los perros en la tarea de escritura.
Saber más sobre sus estudiantes ayuda a los maestros a adaptar la instrucción para los niños. Averigüe cómo los maestros utilizan el diseño universal para el aprendizaje (UDL, por sus siglas en inglés) para planificar lecciones atractivas y accesibles para todos los estudiantes.
Cuando el maestro y usted usan las mismas estrategias y el mismo lenguaje, su hijo se da cuenta de que todos están de acuerdo. Saber qué esperar y qué es lo que se espera de ellos puede fomentar que los niños se sientan seguros.
Además, cuando los niños tienen confianza en sí mismos, les resulta más fácil pedir ayuda cuando la necesitan. Conozca más sobre la importancia de abogar por sí mismo. Pídale a su hijo que haga una tarjeta 3x3 para compartir con el maestro en la que incluya: tres fortalezas, tres desafíos y tres estrategias que funcionan en casa.