Reglas de etiqueta para relacionarse con personas con discapacidad en el trabajo

Es común que haya compañeros de trabajo que tengan una discapacidad. Usted podría ser descortés o hiriente con un colega sin querer, incluso cuando tiene buenas intenciones.

Es común que haya personas con discapacidad en el lugar de trabajo. Existen muchos tipos diferentes de discapacidades, tanto visibles como invisibles. Usted podría ser descortés o hiriente con uno de sus colegas sin querer. Esto puede suceder incluso cuando tiene buenas intenciones, o si es usted quien tiene una diferencia o discapacidad.

Ponga en práctica estas reglas de etiqueta para actuar de forma respetuosa ante las diferencias de las personas y ayudar a que su lugar de trabajo sea más inclusivo.

1. Centrarse en la persona, no en la discapacidad

No existen dos discapacidades que sean iguales. Y no hay dos personas que experimenten la misma discapacidad de la misma forma. Por eso es importante evitar hacer suposiciones acerca de lo que las personas pueden o no pueden hacer.

Céntrese en la persona, no en la discapacidad. No asuma que su compañero de trabajo que tiene dislexia no puede leer los folletos. Cada persona es única. Con el tiempo conocerá sus fortalezas y preferencias.  

¿Cuál es su principal preocupación?

Obtenga respuestas a todas sus preguntas con el Asistente de Understood.

Si usted forma parte del equipo de contratación, céntrese en las funciones esenciales del empleo. Deseche cualquier idea preconcebida que tenga sobre lo que la persona puede o no puede hacer. Al entrevistar a candidatos con discapacidades pregúnteles sobre sus habilidades y experiencia, igual que haría con cualquier otro aspirante. 

2. Cuidar el lenguaje que usa

Por lo general es mejor usar un lenguaje que anteponga a la persona, en lugar de colocar primero su discapacidad. Por ejemplo:

  • Diga “persona con discapacidad”, no “persona discapacitada”.

  • Diga “persona con autismo”, en lugar de “una persona autista”.

  • Diga “persona que usa una silla de ruedas”, en lugar de “persona en silla de ruedas”.

Pero tenga en cuenta que algunas personas prefieren un lenguaje centrado en la discapacidad o la identidad. Por ejemplo, pueden preferir decir “soy autista”, en lugar de “soy una persona con autismo”. Respete y utilice los términos que ellos prefieran.

Evite también el lenguaje negativo o victimizante. Diga que alguien “tiene una discapacidad”, no que “sufre” o “padece” una discapacidad.

3. Preguntar antes de ayudar

No asuma que alguien que tiene una discapacidad necesita su ayuda. 

Si alguien con una discapacidad parece necesitar ayuda, está bien ofrecerla y esperar su respuesta. Pero no actúe sin que antes haya aceptado. Y no se sorprenda si la respuesta es “no”.

Por ejemplo, usted puede ofrecer su brazo o codo cuando camine con una persona ciega o con visión reducida. Pero no tome su brazo ni toque su cuerpo o dispositivo de asistencia, a menos que se lo pidan.

Si una persona acepta su ofrecimiento, pregúntele qué necesita o cómo puede ayudar. Un vez más, no asuma que conoce la mejor manera de ayudar. 

4. Tener en cuenta el espacio personal

Los dispositivos de movilidad, como las sillas de ruedas o los bastones, forman parte del parte del espacio personal de las personas con discapacidad. No mueva ni toque esos objetos personales. Si obstaculizan su camino, pídale a la persona que los mueva. O pregúntele si los puede mover y avísele dónde los colocará.

Lo mismo ocurre con los animales de servicio. Siempre están trabajando. No los toque ni los acaricie sin permiso.

5. Dirigirse a la persona directamente y pedir aclaraciones

Si usted está hablando con alguien que tiene un instructor laboral, un intérprete de lenguaje de señas u otro tipo de persona de apoyo, diríjase directamente a la persona con discapacidad. Hable con la persona, no con su acompañante.

Si la persona dice algo que usted no entiende, pídale que lo repita. O usted puede repetir lo que escuchó y pedirle a la persona que le confirme si es correcto. Si usted continúa teniendo dificultad para entender, puede pedirle a la persona que lo escriba. 

No tema pedir aclaratorias. Pero no interrumpa ni complete las frases de nadie.

6. No apresurarse a sacar conclusiones

Nada daña más la confianza que hacer suposiciones acerca de por qué algo no está saliendo como usted cree que debería. No se precipite a concluir que hay un problema o que usted sabe por qué hay un problema. 

Si usted ve que un compañero está teniendo dificultades, hable con él. Dígale con amabilidad lo que ha notado y pregúntele si hay algo que usted pueda hacer para ayudarlo. 

7. Que el miedo a errar no limite las oportunidades de los demás

Está bien cometer errores. Todos somos humanos y tratamos de hacer las cosas lo mejor posible. Pero lo importante es aprender de esos errores. Si una persona con discapacidad le hace algún comentario o le dice sus preferencias, escúchela. Trate de recordar y usar esa información en su próxima interacción. 

Si comete un error, pida disculpas y corrija el comportamiento. Pero no permita que su temor a cometer errores limite las oportunidades de las personas con discapacidades. 

Por ejemplo, tal vez un compañero de trabajo quiera invitar a almorzar a una persona nueva, pero no sabe cómo meter una silla de ruedas en su auto. La solución no es evitar invitar a la persona nueva a comer. La solución es invitarla a comer y luego averiguar a dónde ir y cómo llegar.

Más recursos

Las normas de etiqueta para interactuar con las personas con discapacidad son acerca del respeto y la comunicación. Se trata de cuestionar sus suposiciones y tratar a las personas como individuos. Revise estos recursos para ayudar a sus compañeros de trabajo a sentirse bienvenidos e incluidos:

Comparta

Revise temas relacionados