Enseñe a los niños a detenerse después de decir varias oraciones para ver la reacción de los que participan en la conversación.
Consejo práctico 2
Dígales que lo anoten.
Dígales que lo anoten.
Cuando los niños sienten la urgencia de decir algo, pídales que lo escriban y lo mencionen después.
Consejo práctico 3
Use un “código secreto”.
Use un “código secreto”.
Acuerden una señal secreta como rascarse la cabeza o aclararse la garganta para que los niños sepan que están hablando demasiado o desviándose del tema.
Consejo práctico 4
Juegos de rol para practicar cómo conversar.
Juegos de rol para practicar cómo conversar.
Practiquen escuchar activamente. Conversen de un tema, y después pídales que hagan preguntas sobre lo que han hablado.
Consejo práctico 5
Sea paciente.
Sea paciente.
Se requiere tiempo, esfuerzo y mucha práctica para que los niños adquieran el hábito de usar estas estrategias.
A muchos niños les encanta hablar, especialmente a los más pequeños. Si están emocionados por algo, pueden hablar sin parar hasta que alguien les diga que ya es suficiente. A medida que crecen, los niños generalmente se dan cuenta de esto por sí mismos. Notan que están hablando demasiado y se callan.
Ser conversador no siempre es algo negativo. Los niños conversadores pueden ser encantadores, divertidos e interesantes. Pero cuando su conversación es interminable o tiene lugar en el momento y el lugar equivocados, puede aburrir a las personas, sobre todo a otros niños.
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Hay muchas razones por las que los niños hablan demasiado. Quizás solo se deba a que les apasiona un tema y quieran relatar todos los detalles.
Los niños también pueden hablar sin parar cuando se sienten estresados. Tal vez no sepan cómo calmarse y entonces hablan y hablan. Los niños tímidos podrían sentir ansiedad en situaciones sociales. Pero en lugar de retraerse y quedarse callados, podrían hablar mucho.
Algunos niños tienen dificultades con las habilidades sociales en general. Les cuesta captar las señales sociales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales. En consecuencia, no se dan cuenta de cómo reaccionan los demás cuando ellos están hablando.
Los problemas de autocontrol también pueden ser un factor. Algunos niños son impulsivos y les cuesta frenarse. Puede que tengan dificultad para detenerse, aun cuando saben que están hablando demasiado.
Profundice
Hablar sin parar no es solo acerca de la cantidad de tiempo que los niños conversan o cuánto tiempo hablan de lo mismo. También tiene que ver con cuándo y dónde hablan, y qué es lo que dicen.
Los niños que tienen dificultad para dejar de hablar podrían:
Hablar en momentos o lugares inapropiados.
Hablar al mismo tiempo que otras personas o interrumpirlas, por ejemplo al maestro.
Acaparar la conversación.
Ofender o molestar a las personas al decir lo primero que se les viene a la mente.
El hecho de que hablen sin parar puede generar muchos comentarios negativos. Otros niños podrían burlarse de ellos o rechazarlos. Y los adultos podrían pensar que son niños groseros y criticarlos.
Estos comportamientos pueden ser señales del TDAH. Si esto le preocupa, conozca cuáles son las señales específicas del TDAH.
El autocontrol es una habilidad compleja. De hecho, forma parte de un grupo de habilidades que permiten a los niños manejar sus pensamientos, acciones y emociones de tal manera que puedan hacer las cosas. (Los expertos la llaman la función ejecutiva).
Sin autocontrol, los niños pueden hablar sin parar o interrumpir constantemente. También podrían:
Conozca más acerca del autocontrol en los niños y por qué para algunos tienen dificultad para adquirirlo.
Ayude a los niños a reconocer el problema y sugiérales qué decir cuando actúen de esa forma. Por ejemplo: “Te interrumpí. Lo siento. A veces me dejo llevar por mi entusiasmo”. Y después: “Qué ibas a decir?”.
Tenga en cuenta que recibir comentarios negativos puede perjudicar la autoestima de los niños. Mostrar empatía puede hacer una gran diferencia. Esto se aplica también a enseñar con empatía en el aula.