Recomendaciones prácticas para la frustración por la escuela
Consejo práctico 1
Tomar nota.
Tomar nota.
Tome nota cuando los niños se frustran. Dar seguimiento al comportamiento lo puede ayudar a entender qué está causando la frustración.
Consejo práctico 2
Preguntar qué podría ayudar.
Preguntar qué podría ayudar.
Piensen en soluciones juntos. Diga cosas como: "¿Ayudaría si descansas un rato y luego retomas el trabajo?".
Consejo práctico 3
Recordarles sus logros pasados.
Recordarles sus logros pasados.
Señale algo que hayan logrado en el pasado. Pídales que recuerden cómo se sintieron. Conecte ese logro con el desafío nuevo: "El martes pasado hiciste toda la tarea. Hoy tienes la misma cantidad de tarea. Sé que podrás terminarla".
La frustración es una de las primeras señales de que su hijo podría estar teniendo dificultades en la escuela. A veces es evidente que las cosas no están yendo bien: su hijo podría perder el control o abandonar una tarea que le resulta difícil. Pero sentirse frustrado por la escuela puede expresarse de maneras que no son obvias.
Estas son seis señales de frustración que tal vez no sean tan obvias. Podría observarlas en la casa o decírselas el maestro. Los niños que se sienten frustrados pueden:
Sentarse en silencio a la hora de hacer el trabajo en clase o la tarea en la casa, sin involucrarse ni intentarlo.
Evitar riesgos o probar cosas nuevas, pensando que lo más probable es que fracasen.
Decir que no tienen control para lograr algo.
Hacer payasadas para distraer a las personas de las cosas que no hacen tan bien como otros niños.
Decir que no importa cuánto se esfuercen porque no les irá bien.
Culpar a los demás: "Nadie explicó las instrucciones".
La frustración constante puede causar que los niños pierdan la motivación para seguir intentándolo. Detectar las señales es el primer paso para descubrir qué está causando las dificultades de su hijo en la escuela y qué podría ayudarlo.
Profundice
Cuando la frustración dura mucho tiempo, los niños pueden resentirse y enojarse. Podrían pensar que las cosas son fáciles para los demás y que nadie los entiende.
Su hijo podría expresar su enojo a haciendo berrinches, insultando, arrojando cosas y peleando. Actuar de esa manera no significa ser "malo". Generalmente sucede cuando los niños no tienen otras maneras de enfrentar o manejar lo que les molesta.
A medida que la escuela se vuelve más difícil en la escuela media y el bachillerato, la frustración puede aumentar. Los preadolescentes y adolescentes podrían decidir que la escuela no es importante. O podrían empezar a faltar a clases. Es posible que sientan ansiedad mayor acerca del futuro.
A esta edad, su hijo enfrenta otras exigencias además de la escuela que podrían añadir presión y aumentar la frustración. Conducir, las citas amorosas y los primeros empleos representan desafíos y el riesgo de fracasar.
Existen maneras de ayudar, sin importar lo que esté causando la frustración.
Comience por tomar notas de lo que observa en la casa. Por ejemplo, ¿la frustración está presente todo el tiempo? ¿O solo cuando ocurren cosas determinadas? ¿Cómo se comporta su hijo?
Comunique sus observaciones al maestro de su hijo. También pregúntele cómo se comporta su hijo en la escuela. Hablar con el maestro puede ayudarlo a entender mejor lo que está sucediendo. Juntos pueden encontrar maneras de apoyar a su hijo.