La dificultad para recibir críticas puede ir más allá de ser susceptible.
Incluso comentarios inofensivos pueden ser molestos para los niños que tienen dificultad con algo.
Incluso el comentario más inofensivo puede parecer demoledor cuando los niños están tratando de aprender nuevas habilidades. Suponga que usted es un niño que está escogiendo qué ropa se pondrá. Se la muestra a alguien que le dice: “Tal vez esa camisa no va bien con ese pantalón”. Lo que usted escucha es: “No sabes escoger ropa”.
Los niños se desarrollan a diferentes velocidades, y esto incluye aprender a aceptar las críticas. Algunos solo necesitan más tiempo para aprender cómo responder a la crítica. Sin embargo, otros niños continuan teniendo dificultad por varias razones.
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Es probable que reaccionen de manera desproporcionada cuando tienen hambre, están cansados o practicando una destreza nueva.
También suelen hacerlo cuando alguien cuestiona sus elecciones. Por ejemplo, en cuanto a su apariencia o sus amigos. Esto ocurre a menudo en la escuela media y el bachillerato.
Es común que los niños pasen por etapas en las que quieren que todo sea perfecto. Si se proponen dibujar perfectamente una mariposa se podrían enojar porque la persona a quien se lo enseña dice: “Ah, pensé que era una cometa”.
Los niños suelen ser hipersensibles cuando tienen dificultad con alguna habilidad. ¿Reaccionan excesivamente cuando usted comenta algo relacionado con la lectura o la escritura? Si es así, esté atento. Tal vez tengan dificultad con esas habilidades en particular.
También podrían estar frustrados con la escuela en general. Incluso el comentario más insignificante puede parecer un reproche cuando sienten que no hacen nada bien.
Sucede con mucha frecuencia. Un padre, un cuidador o incluso un maestro piensan que no han dicho nada demasiado crítico. No obstante, el niño reacciona con furia como si le hubieran dicho lo más ofensivo del mundo.
Esto puede lucir diferente a medida que los niños crecen. Estas es lo que podría observar a diferentes edades:
Se enojan incluso cuando no se les ha hecho ninguna crítica directa, como al decirles: “Este no es tu juguete”.
Interpretan una crítica a algo específico que hicieron (“escribiste mal esta palabra”) como algo mucho más grande y general acerca de ellos (“soy mal estudiante”).
Se les viene el mundo encima al escuchar consejos o recomendaciones constructivas como: “Cuando bateas, trata de mantener las manos más arriba”.
Interpretan comentarios menores sobre su apariencia como rudos y malintencionados, por ejemplo: “¿Te peinaste?”.
Pierden el control cada vez que se les dice qué hacer, incluso si es un recordatorio como: “Es la hora de sacar la basura”.
Comportamientos como estos pueden ser algo más que susceptibilidad. Esté atento a lo que observa. Use este registro de frustración para dar seguimiento de lo observa y cuándo ocurre.
Estas son algunas maneras de ayudar a los niños a recibir mejor las críticas:
Sea realista. Piense qué es lo que usted espera que haga un niño. ¿Es algo que la mayoría de los niños de su edad pueden hacer? A veces nuestras expectativas no coinciden con las capacidades de los niños.
Trate de explicarse. Si usted dijo algo que molestó al niño, encuentre el momento apropiado para hablarlo. Diga: “Quiero ayudarte. Esto es lo que en realidad quise decir”. Si la conversación va bien, puede preguntarle cosas como: “Si yo digo ______, ¿te parece rudo?”.
Entender cómo piensa un niño puede ayudarlo a saber qué está ocurriendo y cómo decir las cosas la próxima vez.
Busque patrones. Dé seguimiento de las situaciones que conducen a reacciones desproporcionadas. También busque patrones en su propio comportamiento. ¿Suele hacer comentarios cuando el niño hace algo mal o cuando hace algo bien? Intente elogiarlo más de lo que lo critica.
Si la manera como los niños están manejando las críticas es motivo de preocupación, los padres, cuidadores y maestros deben conversarlo. Hablen sobre el autocontrol del niño. Es común que los niños que tienden a ser impulsivos reaccionen desproporcionadamente a las críticas.