Derechos parentales: cuando su hijo con un IEP cumple 18 años
De un vistazo
En la mayoría de los estados, una persona se considera adulta al cumplir 18 años.
Al ser legalmente un adulto, un niño puede asumir algunos o todos los derechos educativos que previamente tenían los padres.
La escuela podría necesitar obtener el consentimiento del estudiante en edad adulta para hacer cualquier cambio en su IEP.
Puede que usted siempre vea a su hijo como un niño. Pero ante los ojos de la ley, las personas son consideradas adultas cuando cumplen 18 o 21 años (varía según el estado). Cuando sus hijos se convierten en adultos, los derechos y responsabilidades parentales que usted tenía le pertenecen a ellos.
¿Qué pasa si su hijo no está preparado para asumir las responsabilidades que conlleva hacerse cargo de su educación? ¿Usted puede intervenir? La transición a la adultez tiene muchas implicaciones. Estos son algunos de los puntos más importantes.
La edad para ser considerado un adulto varía según el estado
La mayoría de edad (la edad en la que una persona es considerada adulta) la determinan las leyes estatales. En la mayor parte de los estados, la mayoría de edad se alcanza a los 18 años, pero en algunos estados puede ser entre los 18 y los 21 años.
Cómo se transfieren los derechos a su hijo cuando tiene un IEP
Por lo menos un año antes de que los estudiantes con un Programa de Educación Individualizado (IEP, por sus siglas en inglés) alcancen la mayoría de edad, la escuela debe notificarlos cuáles derechos les serán transferidos. La forma de notificarlos depende del estado.
En la mayoría de los estados, cuando un estudiante cumple 18 años asume todos los derechos educativos que tenían sus padres. Esto incluye asumir el rol principal en el desarrollo de su IEP. La escuela ahora:
Invita al estudiante a participar en las reuniones del IEP.
Necesita contar con el permiso del estudiante para invitar a sus padres.
Requiere el consentimiento del estudiante para realizar una evaluación o una reevaluación.
Necesita la aprobación del estudiante para cualquier cambio en su o en los servicios que recibe.
El estudiante también tiene derecho a disputar las decisiones de la escuela a través de los procesos de mediación y de debido proceso.
El estudiante asume el derecho de otorgar (o negar) su consentimiento informado a cualquier acción que la escuela quiera realizar. Esto significa que si la escuela quiere cambiar los servicios del estudiante, necesitará el permiso del estudiante y no el de los padres.
Pero no funciona así en todos los estados. En algunos estados, solamente algunos de los derechos educativos se transfieren al alcanzar la mayoría de edad. Para averiguar las normas en su estado, contacte al departamento de educación de su estado (enlace en inglés). El centro de capacitación e información para padres de su localidad también puede proporcionarle esa información.
Tenga en cuenta que los derechos del estudiante a recibir educación especial tienen un límite de edad. Cuando el estudiante cumple 22 años o cuando se gradúa del bachillerato con un diploma regular (lo que ocurra primero) dejará de ser elegible para un IEP. (Obtener un certificado de asistencia no pone fin a la elegibilidad de su hijo, pero podría tener otros inconvenientes).
Excepciones a la mayoría de edad
Algunos estados tienen un proceso legal llamado “tutela” para determinar si el estudiante puede manejar sus derechos y responsabilidades nuevas. Si el estado determina que el estudiante no tiene la capacidad de tomar decisiones, podría designar a alguien que lo represente. Puede ser uno de sus padres u otra persona. Antes de iniciar este proceso puede que necesite consultar con un abogado.
Preparar a su hijo para ser independiente
Existen cosas que usted puede hacer para facilitar que su hijo asuma el rol de adulto.
Ayude a su hijo a desarrollar una buena relación con el equipo del IEP. Al inicio del bachillerato, los estudiantes usualmente son invitados a participar en las reuniones del IEP. Se espera que desempeñen un rol importante, especialmente en la planificación de la transición (identificar qué harán al terminar el bachillerato). Anime a su hijo a participar en esas discusiones con el equipo.
Deje que su hijo sea quien hable. En lugar de hablar por su hijo, permita que sea él quien asuma el papel protagónico durante las reuniones del IEP y otras reuniones. Si su hijo adquiere experiencia abogando por él mismo, le será más fácil seguir haciéndolo cuando sea adulto.
Permanezca involucrado. Cuando su hijo alcanza la mayoría de edad, su participación ya no será requerida. Pero su hijo o la escuela pueden invitarlo a que asista a las reuniones del IEP. Después de todo, usted conoce a profundidad las necesidades y talentos de su hijo, y por lo tanto su opinión es muy valiosa.
Conozca sobre las habilidades para vivir independientemente que los jóvenes necesitan antes de mudarse de casa. Y revise las diferentes posibilidades después del bachillerato.
Puntos clave
Cuando su hijo se convierte en adulto, los derechos parentales que usted tenía se suelen transferir a él.
Si un joven no pude gestionar esos derechos y responsabilidades, el estado puede designar a uno de los padres o a otra persona que lo represente.
Al educarse y preparar a su hijo para la mayoría de edad puede hacer que su transición a la vida adulta sea más fácil para todos.