Rechazo a la escuela: Cómo ayudar a su hijo a superarlo

Cuando los niños se niegan a ir a la escuela, puede ser estresante tanto para los padres como para los maestros. Tal vez usted se pregunte: ¿Por qué actúan de esa manera? ¿Y si no quieren regresar a la escuela nunca más?

Los niños se resisten o se niegan a ir a la escuela de maneras diferentes. Estas son algunas sugerencias para manejar el rechazo escolar, según lo que usted esté observando.

Tiene episodios de llanto o berrinches por la escuela

Reconozca que los sentimientos que causan la pataleta son reales. Sugiera que hablen sobre cómo mejorar las cosas cuando estén más calmados.

Deje claro que, aunque usted los apoye y los ayude a resolver los problemas, dejar de ir a la escuela no es una opción.

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Qué puede decir: “Sé que te preocupa algo relacionado con la escuela. Cuando puedas hablar calmadamente, podremos conversar de esto. Quiero ayudarte a encontrar la manera de que se te facilite ir a la escuela”.

Obtenga más consejos para manejar los berrinches.

Tiene crisis por la escuela

Sea paciente y deje claro que el niño no corre peligro, y que usted está ahí para ayudarlo. Los niños no pueden controlar las crisis emocionales, así que no hay nada más que usted pueda hacer cuando están sucediendo. Cuando la crisis termine, utilice frases cortas y concretas para manejar la situación.

Qué puede decir: “Esa fue una reacción intensa. Averigüemos si necesitas un descanso antes de que podamos hablar sobre la escuela”. Tenga esta conversación en un momento tranquilo cuando todos estén calmados.

Más adelante, usted puede ayudar al niño a desarrollar habilidades para manejar situaciones difíciles y encontrar maneras más apropiadas de comunicar que se siente abrumado.

Conozca cómo diferenciar un berrinche de una crisis.

Se queda atascado en situaciones del tipo “y si ...”

Reaccione con tanta empatía como le sea posible. Quedarse atrapado en pensamientos negativos puede ser una respuesta a sentirse abrumado, ansioso e impotente. Es importante tratar de reducir la ansiedad lo suficiente como para poder hablar de en qué está atascado el niño.

Después, hable de la diferencia entre “y si...” y “lo que es”. Por ejemplo, un niño podría decir: “¿Y si los niños que me molestan están en mi clase?”. Usted podría responder: “Lo que es cierto es que tu amigo Juan Luis está en tu clase”.

No se quiere vestir en la mañana

El rechazo a ir a la escuela suele comenzar a primera hora de la mañana. Algunos niños se niegan a vestirse para ir a la escuela.

Ir a la escuela no es opcional. Pero ir en pijama podría serlo. Si su hijo manifiesta su rechazo de esta manera, usted tendrá que decidir si es más importante que su hijo vaya a la escuela o que vaya bien vestido. Tal vez tenga que enviarlo a la escuela en pijama.

Envíe un correo electrónico al maestro o llámelo por teléfono para explicar por qué su hijo no está vestido apropiadamente para la escuela. Explíquele a su hijo que usted no tiene control sobre lo que podrían decir sus compañeros de clase acerca de su vestimenta.

Se niega a subir al autobús o al auto

Llegado a este punto, las negativas del niño podrían afectar el horario de trabajo del padre o cuidador. Trate de no involucrarse en una discusión en ese momento.

Qué puede decir: “Veo que hoy tienes una mañana difícil. Conversemos más tarde, no voy a perder el tiempo discutiendo esto contigo mientras estés tan molesto”.

Después, pídale a su hijo que trate de explicarle cuál es su preocupación. Si no encuentra una solución inmediata, piense en una solución a largo plazo. (El maestro de su hijo podría ayudar en esto). Incluso puede hacer un contrato de comportamiento que enumere las recompensas por ir a la escuela sin protestar y las consecuencias por convertirlo en un problema.

Modelo de contrato de comportamiento entre padres e hijosPDF - 49.7 KB

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Dice “no me puedes obligar”

Si los niños se niegan a hacer sus deberes escolares o a ir a la escuela y dicen: "No me puedes obligar", reconozca que es cierto.

Qué pueden decir los padres: “Tienes razón. No te puedo obligar. Tampoco puedo controlar lo que decidirá tu maestro en cuanto a los trabajos de recuperación y tus calificaciones".

Después, ofrezca tener una conversación honesta y tranquila sobre por qué no quieren hacer los deberes o ir a la escuela. Deje claro que usted quiere entender lo que está sucediendo y ayudar a resolver el problema.

Pide regresar a casa

Una vez que los niños llegan a la escuela es posible que rueguen regresar a casa. Esto puede ser un problema para los maestros.

Intente averiguar qué es lo que les preocupa. Algunos niños temen que algo malo le suceda a su familia mientras ellos están en la escuela. Si ese el caso, hable con su hijo antes de dejarlo en la escuela. Dígale que usted no corre peligro y coméntele cuáles son sus planes ese día.

También podría permitir que los niños le envíen mensajes de texto o lo llamen por teléfono a determinadas horas del día para confirmar que usted está bien. En el caso de niños más pequeños, también puede ayudar tener a mano una foto de la familia o un objeto pequeño que le sirva de consuelo.

Cuando los niños logren superarlo, aunque sea solo durante una parte del día escolar, elogie el esfuerzo que han hecho. Utilice palabras que muestren que usted sabe la importancia de este logro.

Qué puede decir: “Sé lo difícil que fue para ti. ¡Debes estar orgulloso de haberlo intentado!”.

Falta a clases

Al faltar a clases, los niños no están involucrando a los adultos en sus vidas. Su ansiedad es tan abrumadora que han decidido no ir a la escuela. Tome en serio la conducta del niño, así como sus miedos y preocupaciones.

Las familias, los maestros y el consejero escolar pueden hablar sobre crear un con adaptaciones para la ansiedad. Es posible que el niño necesite lidiar con este asunto de manera paulatina.

Las familias no debería enfrentar solas el rechazo a la escuela. Los padres y los maestros pueden intercambiar información de lo que han notado en la casa y en la escuela. Juntos pueden crear un plan para que el niño regrese a la escuela.

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