Psicoterapia y medicación son tratamientos comunes.
Existen diferentes tipos de profesionales que ayudan con los problemas de salud mental.
La psicoterapia también ayuda con el estrés y el manejo de las emociones.
Las personas que piensan y aprenden de manera diferente son más propensas a tener problemas de salud mental que otras personas. De hecho, la ansiedad y la depresión son comunes en ellas.
En algunos casos es consecuencia del estrés. En otros la relación es más directa. Por ejemplo, muchos niños y adultos que tienen TDAH también tienen un trastorno de ansiedad. Se sabe que ambas condiciones coexisten.
Los tratamientos para los problemas de salud mental incluyen psicoterapia y medicación. Un tipo de psicoterapia común es la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés).
Existen medicamentos para tratar diversos condiciones mentales. Las personas no responden de la misma manera a los medicamentos. Es por ello que los médicos deben asegurarse de que el fármaco y la dosis sea la adecuada para cada persona.
La psicoterapia y la medicación no son los únicos tratamientos que pueden ayudar. Tanto niños como adultos pueden aprender estrategias para manejar el estrés y las emociones difíciles. Trabajar en los desafíos de comportamiento y de aprendizaje puede generar una actitud más favorable.
Profundice
Una de las formas más comunes de psicoterapia es la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). Es una forma de terapia hablada que ayuda a las personas a revisar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Una de sus metas es reemplazar los pensamientos negativos con positivos. Es usada tanto en niños como en adultos.
La terapia cognitivo-conductual se emplea para tratar diversas condiciones mentales, entre las que se incluyen:
Trastornos de ansiedad
Depresión
Trastornos de la alimentación
Trastorno bipolar
Trastorno obsesivo-compulsivo
La terapia cognitivo-conductual no es usada solamente en personas que han sido diagnosticadas con una condición de salud mental. También puede ayudar a los que tienen sentimientos o conductas negativas. Puede ayudar a las personas a manejar el estrés y resolver situaciones difíciles.
Existe diversos profesionales que pueden ayudar con los problemas de salud mental. Algunos se especializan en niños y adolescentes. Algunos tienen mucha experiencia con las diferencias en la manera de pensar y aprender.
Estos profesionales trabajan en lugares diferentes, incluyendo escuelas, hospitales, universidades y clínicas de salud mental. Muchos ejercen su profesión de manera privada.
Estos profesionales incluyen a:
Trabajadores sociales clínicos con licencia (LCSW, por sus siglas en inglés): Proporcionan terapia individual y en grupo.
Psicólogos: Diagnostican condiciones mentales y proporcionan terapia individual y en grupo.
Psicólogos escolares: Proporcionan consejería a estudiantes en la escuela.
Psiquiatras: Diagnostican condiciones mentales y recetan medicación. Puede que ofrezcan psicoterapia.
Enfermeras registradas de práctica avanzada (APRN, por sus siglas en inglés): Pueden proporcionar terapia y recetar medicación.
Los honorarios profesionales varían mucho, dependiendo del título, del lugar y los servicios proporcionados. La consejería en la escuela es gratuita. Las consultas privadas de un psiquiatra pueden ser muy costosas.
Los profesionales que trabajan en una institución de atención sanitaria es más probable que acepten seguros médicos o que tengan una escala variable de pago. Asegúrese de que el profesional que usted escoja tenga licencia para ejercer en su estado.
Las personas pueden tener otras condiciones además de un problema de salud mental. Esto puede incluir dificultades de aprendizaje, TDAH, autismo o una condición médica. (También se puede tener más de una condición).
Es importante tratar cada condición de forma separada. Muchos expertos sugieren comenzar con la más seria. Hable con su proveedor médico y con el especialista de salud mental.
Existen apoyos que pueden ayudar en la escuela y en el lugar de trabajo. Un ejemplo son las adaptaciones. Son cambios en el entorno que facilitan que las personas con problemas de salud mental se desempeñen lo mejor posible.
Por ejemplo, los estudiantes podrían realizar su exámenes en una habitación tranquila, alejados de otros estudiantes. O se les podría otorgar más tiempo para completar sus deberes. A los empleados se les podría permitir que ajusten sus horario de trabajo.