El primer año de universidad no funcionó para mi hijo. ¿Ahora qué?

La universidad nunca fue un hecho para mi hijo. Él no fue un lector fluido hasta la escuela media y las matemáticas siempre le resultaron difíciles. Su TDAH le dificultó mantenerse al día incluso cuando era bueno para algunas materias.

Sin embargo, con mucha ayuda de la escuela y de parte de su familia, él pasó sus clases y obtuvo su diploma de bachillerato.

Él envió su solicitud a siete universidades y lo aceptaron en seis. Escogió una que él y nosotros pensábamos era una buena elección.

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Pero, cuando empezó la universidad, él no aprovechó las ventajas de las o de los apoyos que la universidad le otorgaba. Rápidamente se sintió abrumado. Y al empeorar su desempeño en clase y acumularse el trabajo, parecía que menos lo intentaba. Al final de año, sus grados eran demasiado bajos para que pudiera continuar.

Ahora él/nosotros debíamos idear un plan B.

Él dijo en la primavera que le interesa ir a un colegio universitario de dos años (un nuevo comienzo) y después terminar los cuatro años necesarios para lograr su licenciatura (bachelor). Aunque no ha llenado las solicitudes. Yo trato de mantener la calma y ayudarlo también con su búsqueda de otras opciones.

Otra idea fue que se hiciera voluntario en AmeriCorps NCCC, un programa de servicio comunitario nacional para personas entre 18 y 24 años de edad. Ellos trabajan (y viven) durante 10 meses en grupos en diferentes localidades del país. Si lo aceptaban, obtendría alojamiento y comida gratuita, además de $4.000 para gastos personales. También podía ser elegible para obtener dinero destinado a su educación.

Me gusta Americorps porque le daría independencia y ampliaría su experiencia. Quizás lo orientaría hacia una meta. Eso es algo que siempre le ha faltado.

Últimamente él ha manifestado interés en la carrera de justicia penal. Yo encontré un programa en un colegio comunitario lo suficientemente cerca para que pueda ir y venir. Ofrece un diploma en justicia penal que se puede transferir a una universidad de cuatro años. Se lo comenté y le envié por texto el vínculo.

Eso pasó hace varias semanas y no ha hecho nada al respecto. Cuando le pregunté la razón, me dice que no sabe o que lo hará luego.

El asunto es que cuando sabe lo que quiere no vacila en tratar de conseguirlo. En repetidas ocasiones ha intentado crearse una vida social, tanto en el bachillerato como en la universidad. Durante el bachillerato se arriesgó y aceptó un trabajo estresante. El año pasado superó una separación amorosa y empezó a salir con chicas nuevamente, diciendo que había aprendido mucho de esa experiencia.

Estoy haciendo un esfuerzo para no presionarlo. En este momento, creo que el deseo y la iniciativa deben surgir de él.

Por supuesto que no puedo evitar preocuparme por su futuro. Tendrá muy buenas opciones laborales si obtiene un título universitario Pero ya no es un niño. Yo sé que tengo que dejarlo tomar la iniciativa.

Así que intentaré respirar hondo y tener fe en que encontrará su propio camino de vuelta a la universidad, o encontrará un nuevo rumbo que funcione. Por ahora, ese es nuestro plan B.

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