Consejos prácticos para manejar comportamientos fuera de control
Consejo práctico 1
Use una voz calma.
Use una voz calma.
Apacigüe los ánimos manteniendo la calma y no enojándose. Hable con una voz suave, casi monótona.
Consejo práctico 2
Reorientar el comportamiento.
Reorientar el comportamiento.
Intente abordar el comportamiento de inmediato. Diga a los
niños qué están haciendo, por qué no deberían hacerlo y qué deberían hacer en su lugar. Utilice el menor número de
palabras posible. Esta respuesta clara e inmediata ayuda a
los niños a retomar el rumbo.
Consejo práctico 3
No se apresure a castigar.
No se apresure a castigar.
Castigar en el momento, como perder un
privilegio, puede empeorar la situación. Piense qué
consecuencia se ajusta mejor a la situación, si es que la hay.
Consejo práctico 4
Tómese un minuto para calmarse.
Tómese un minuto para calmarse.
Si no se siente lo suficientemente tranquilo como para
reaccionar sin enfadarse, espere un momento. Puede usarlo como ejemplo de autocontrol cuando luego hable de lo que sucedió.
No es inusual que los niños pequeños pierdan el control. Sin embargo, eso no hace que sea más fácil lidiar con ello. Los arrebatos frecuentes pueden ser abrumadores y molestos, tanto para los adultos a su alrededor como para los propios niños.
Los niños desarrollan autocontrol con el tiempo, y algunos tardan más que otros. Mientras tanto, hay formas de enseñar y fomentar el autocontrol.
Controle sus emociones y comportamiento cuando los niños se porten mal. Mantener la calma lo ayuda a pensar en la mejor forma de manejar la situación. Además les da a los niños la oportunidad de recuperarse para que puedan hablar sobre lo sucedido.
Ayude a los niños a aprender de su ejemplo. Hable de otras situaciones en las que se haya sentido frustrado o enojado y qué hizo para mantener la calma y resolver el problema.
Averigüe la causa del comportamiento. Los niños se portan mal por diferentes razones. Saber por qué sucede le permite que ofrezca el apoyo que necesitan.
Profundice
Cuando los niños pequeños pierden el control, no lo hacen a propósito. Luego pueden sentirse muy mal y pensar que son "malos" por tratar a las personas de esa manera. También pueden creer que hay algo mal con ellos que no se puede arreglar.
Ayude a los niños a desarrollar la autoestima. Elogie el esfuerzo y celebre los éxitos grandes y pequeños. Dígales que mejorarán en el control de su comportamiento. Eso los ayuda a permanecer motivados para trabajar en sus desafíos.
También trate de enfocarse en los aspectos positivos. Los niños que pierden el control a menudo reciben muchos comentarios negativos debido a su comportamiento. Señale sus fortalezas y ayúdelos a involucrarse en actividades que les gusten.
Una de las mejores maneras de apoyar a los niños con
problemas de conducta es colaborar con sus maestros. Proporcione información sobre lo que ha estado viendo en
casa y averigüe qué está sucediendo en la escuela.
Cuanta más información proporcione, mejor será. Anote cuándo y dónde ocurre el comportamiento, y qué más está pasando en ese momento. Puede usar un registro de frustración para dar seguimiento y buscar patrones.
Los pediatras también pueden ser aliados importantes para obtener respuestas. Una cosa que ellos (o un educador) podrían sugerir es realizar una evaluación para descubrir los desafíos y las fortalezas de los niños. Infórmese sobre las evaluaciones escolares gratuitas.
Cuando los niños pequeños pierden el control, el primer paso es recordar que el comportamiento es una forma de comunicación. Tenerlo en cuenta puede ayudarlo a
actuar en función a las razones del dicho comportamiento y no simplemente reaccionar o corregir el comportamiento en sí.
Descubrir las razones ayuda a elegir una respuesta o apoyo adecuado. También permite ser proactivo en la identificación de formas de prevenir problemas de conducta en el futuro.