Qué quisiera que las personas supieran sobre criar a un niño que tiene trastorno del procesamiento auditivo

Cuando mi hijo estaba en primer grado su maestra se quejó de que “no ponía atención” en clase. Dijo que no estaba escuchando. Para ella eso era un acto de rebeldía.

Le expliqué que mi hijo tiene trastorno del procesamiento auditivo (APD, por sus siglas en inglés). Por lo general se porta bien, pero el salón de clases era demasiado caótico y ruidoso para él. Con todo el ruido de fondo, mi hijo no podía entender lo que ella le decía, sin importar qué tanto se esforzara.

Para las personas que no tienen el trastorno del procesamiento auditivo, puede ser una situación desconcertante. Incluso mi esposo, que intenta entender, a menudo tiene dificultad para ver el mundo desde la perspectiva de mi hijo.

He aprendido mucho de criar a un niño con trastorno del procesamiento auditivo. Y debido a que yo también tengo este trastorno, creo que soy la persona indicada para explicarlo. Estas son algunas cosas que me gustaría que las personas entiendan sobre mí, mi hijo y el trastorno del procesamiento auditivo.

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1. Mi hijo no está siendo rebelde

Con el trastorno del procesamiento auditivo, el cerebro no siempre procesa fácilmente las palabras habladas. Así que cuando mi hijo no le responde de inmediato o no entiende lo que le dice, no está siendo desobediente ni irrespetuoso. Simplemente no entendió lo que usted dijo.

Mi hijo quiere entenderlo más que nada. Sin embargo, las personas como mi hijo y yo en ocasiones renunciamos a participar en conversaciones porque tememos que nos consideren groseros. Tristemente, es parte de vivir con el trastorno del procesamiento auditivo.

2. La relación entre el trastorno del procesamiento auditivo y la audición puede ser confusa

Tener trastorno del procesamiento auditivo no es lo mismo que tener problemas de audición. La audición de mi hijo es muy buena. De hecho, eso puede ser parte del problema.

Por ejemplo, la rasuradora eléctrica de mi esposo hace un sonido agudo e irritante. Al menos eso nos parece a mi hijo y a mí. A nadie más en nuestra familia parece molestarle el sonido del que nos quejamos.

Puede parecer contradictorio. Él escucha sonidos que nadie más escucha pero aún así parece no “escuchar” cuando alguien dice algo. Eso se debe a que el trastorno del procesamiento auditivo es una dificultad para procesar información, no un problema de audición.

3. Sonidos y ruidos que se sobreponen dificultan entender

Cuando le hablo a mi hijo, mi voz está compitiendo con miles de otros ruidos. Podría ser el sonido del aire acondicionado. O pisadas en el pasillo. O el zumbido de una luz fluorescente. Es por eso que no comienzo una conversación importante con mi hijo en un lugar ruidoso o caótico.

Si usted tiene que hablar algo importante y hay mucho ruido, escríbalo o mande un mensaje de texto. Mejor aún, cuando necesite tener una conversación con él hable en un lugar tranquilo. También ayuda hablarle directamente y hacer contacto visual.

4. Decir “pon mucha atención” o “escucha atentamente” no ayuda

Algunas personas confunden el trastorno del procesamiento auditivo con el TDAH, pero no son lo mismo.

Sí, el trastorno del procesamiento auditivo puede incluir problemas de atención. Después de todo, es difícil enfocarse si no entiende lo que se está diciendo a su alrededor.

Pero decirle a mi hijo “pon mucha atención” o “escucha atentamente”, no ayuda cuando su cerebro está mezclando los sonidos que recibe. Es como si alguien le dijera que “escuche atentamente” otro idioma que usted casi no entiende.

5. Parafrasear es mejor que repetir

Cuando mi hijo responde “¿qué?” a algo que le dije, es tentador repetir exactamente lo que dije pero en voz más alta.

Pero lo que realmente necesita es que se lo diga de una manera diferente. Eso se debe a que ciertas frases y oraciones pueden ser más difíciles de procesar. Los sonidos puede que sean demasiado parecidos. Las combinaciones de palabras puede que sean demasiado complejas.

Parafrasear, no repetir las mismas palabras a mayor volumen, puede ayudar. Cuando tengo problemas con mi trastorno del procesamiento auditivo he aprendido a decir: “¿Por favor puede repetir lo que dijo, pero con diferentes palabras?”.

6. Él quiere sentirse en libertad de pedir que se lo repita tantas veces como sea necesario

A la mayoría de las personas no les gusta repetir lo mismo una y otra vez. Lo entiendo. Mi hijo también y por eso es que le cuesta pedirlo.

Pero si él sabe que usted está dispuesto a repetir y parafrasear algo varias veces, se sentirá más cómodo pidiéndolo. Es maravilloso cuando las personas están dispuestas a hacerlo para él o para mí. Lo apreciamos más de lo que se imagina.

7. Sentirse frustrado no es un problema, siempre y cuando intente entender

Aunque yo misma tengo trastorno del procesamiento auditivo, en ocasiones me frustro con mi hijo. Pierdo la paciencia. Por lo que sé que otros también podrían perderla.

La primera maestra de mi hijo nunca intentó entender sus dificultades. Sin embargo, al final tuvimos suerte de que fuera reemplazada. La nueva maestra era maravillosa. La única diferencia entre ella y la primera maestra fue su disposición en tratar de entender el trastorno del procesamiento auditivo.


Infórmese qué adaptaciones pueden ayudar a los niños que tienen el trastorno del procesamiento auditivo en el salón de clases.

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