7 formas de mejorar la fluidez lectora

La fluidez lectora es la habilidad de leer con rapidez, precisión y con la expresión apropiada. Los lectores fluidos entienden lo que están leyendo. Aquí mostramos algunas estrategias que pueden ayudar a su hijo a ser un mejor lector.

Modele la lectura fluida

Lea a su hijo para mostrarle cómo suena una lectura fluida. Elija historias y libros que puedan interesarle. Lea con naturalidad, con la emoción y el tono de voz apropiado a lo que está leyendo. Si está ocupado, puede darle audiolibros para que él escuche el relato mientras lee el libro.

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Pruebe la práctica guiada

Elija un fragmento de una historia o de un poema y léalo en voz alta mientras su hijo escucha y sigue el texto. Luego lea solamente la primera línea de ese texto y pida a su hijo que se lo lea. Lea la segunda línea y pídale que se lo lea. Continúe haciendo lo mismo hasta que haya terminado el texto. Repita este ejercicio varias veces.

Lean juntos

Elija un libro o un pasaje que no sea muy largo y léalo mientras su hijo escucha y sigue la historia en el libro. Luego lean juntos el mismo libro o pasaje varias veces.

Leer lo mismo varias veces

Elija un libro corto o pasaje de una historia que esté ligeramente por encima del nivel de lectura de su hijo. Haga que lo lea. Si su hijo lee alguna palabra de modo incorrecto o duda por más de cinco segundos, diga la palabra en voz alta y haga que su hijo la repita. Luego su hijo debería continuar leyendo. Al terminar el libro o pasaje, haga que su hijo lo lea unas tres o cuatro veces más.

Actúe algunos textos

Los pasajes que normalmente se leen en una actuación pública, como poesías, piezas de teatro, discursos y chistes son todas excelentes formas de desarrollar la lectura en voz alta. Después de que su hijo haya practicado durante la semana, podría “actuar” para toda la familia.

Mida el tiempo y haga un gráfico de la práctica de la lectura

Elija un texto corto que sea apropiado para el nivel de lectura de su hijo y haga una copia para usted. Haga que su hijo lo lea en voz alta por un minuto. Juntos cuenten el número de palabras correctas que leyó en ese minuto. Pídale que anote ese número en un gráfico de barras. Su hijo deberá leer ese pasaje tres o cuatro veces más, y continuar agregando los números en el gráfico. Pronto su hijo notará que su velocidad y precisión mejoran.

Elogie de corazón

Utilice los elogios para desarrollar la conciencia de su hijo de sí mismo. Utilice comentarios como “me encanta cómo hiciste que tu voz sonara fuerte, ya que así supe que lo que decías era importante” o “dijiste todas las palabras correctamente. Sin embargo, me costó seguir parte de lo que decías porque leíste muy rápido”.