Consejos prácticos para ayudar a los niños con la lectura
Consejo práctico 1
Hagan una prelectura.
Hagan una prelectura.
Antes de empezar a leer, revisen el libro juntos. Hablen de sus características más destacadas como el título, los encabezados y las ilustraciones. Explique las palabras clave y las ideas principales. Conocer esta información general puede ayudar a los niños a entender lo que leen.
Consejo práctico 2
Túrnense para leer.
Túrnense para leer.
Leer libros largos o páginas con mucho texto puede ser abrumador. Compartir la carga puede hacerlo más manejable. Haga la prueba de que cada uno lea una página en voz alta. Esto les da a los niños un descanso y les permite escuchar una lectura fluida.
Consejo práctico 3
Pruebe la lectura “susurrada”.
Pruebe la lectura “susurrada”.
Algunos niños sienten ansiedad al leer en voz alta. Pero es difícil darse cuenta si leen bien cuando lo hacen en silencio. Pídales que lean con voz susurrante para que usted pueda sentarse a su lado y escuchar. Así podrá verificar el progreso y brindar apoyo.
Consejo práctico 4
Ofrezca opciones.
Ofrezca opciones.
A algunos niños les cuesta concentrarse en la lectura cuando el tema no les interesa. Cuando sea posible, permítales que elijan los libros. O déjelos que escojan diferentes formatos, como revistas o novelas gráficas.
Consejo práctico 5
Celebre los pequeños logros.
Celebre los pequeños logros.
Tener dificultades con cualquier habilidad puede hacer sentir a los niños que no son inteligentes. Celebre las pequeñas victorias y elogie sus esfuerzos a medida que avanzan hacia el cumplimiento de sus metas de lectura. Por ejemplo: “Me di cuenta de que leíste correctamente esta palabra que es complicada. ¡Bien hecho!”.
El proceso de aprender a leer no es fácil. El hecho de que los niños tengan dificultades con la lectura no significa que no sean inteligentes. Tampoco significa que sean flojos. De hecho, los niños que tienen dificultades con la lectura suelen esforzarse mucho.
Algunos niños simplemente necesitan más tiempo y práctica que otros para desarrollar las habilidades lectoras. Otros necesitan ayuda y apoyo adicionales para lograrlo. Esto es especialmente cierto si están aprendiendo a leer en un nuevo idioma que todavía están aprendiendo.
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Cuando los niños pequeños están “atrasados” en sus habilidades lectoras, tenga en cuenta la edad. No todos los niños se desarrollan al mismo ritmo. Y las diferencias pueden ser incluso más marcadas en los niños de menos edad del salón.
Usted también puede fijarse en cómo se les enseña a leer. Si no reciben el tipo de instrucción que necesitan, podría verse afectada la rapidez con que aprenden y lo bien que leen.
Otro posible factor es la herencia. Las dificultades con la lectura suelen presentarse en miembros de una misma familia.
Algunos niños piensan y aprenden de manera diferente, y esas diferencias pueden causar dificultades lectoras. Esto incluye una diferencia común del aprendizaje llamada dislexia.
Profundice
La dislexia es una discapacidad del aprendizaje en lectura. Hace que leer se vuelva un desafío. Pero también puede dificultar la escritura y la ortografía.
Las señales de la dislexia pueden manifestarse de diferentes maneras, a diferentes edades y pueden cambiar a lo largo del tiempo. En el preescolar y el kínder, los niños podrían tener dificultades para:
Reconocer letras o palabras que riman.
Pronunciar palabras, como decir “murciégalo” en lugar de “murciélago”.
Aprender el abecedario y los días de la semana.
Explicar de qué trataba una historia.
A medida que los niños crecen, puede que su nivel de lectura esté por debajo del nivel de su grado. Y es posible que algunos desafíos con la lectura se evidencien mucho después, incluso en el bachillerato. Los niños también pueden tener dificultades con la ortografía, los problemas matemáticos de lógica, entender las bromas o aprender otro idioma.
Los problemas con la lectura pueden manifestarse de maneras inesperadas. Los niños podrían evitar hacer la tarea o no querer ir a la escuela. En algunos casos, puede que se porten mal en clase porque se sienten frustrados.
Los niños que tienen dificultades con la lectura pueden evitar leer por completo, sobre todo si tienen que leer en voz alta. Esto puede ocurrir en la casa o en la escuela. Por ejemplo, los niños podrían pedir permiso para ir al baño durante actividades escolares que impliquen leer en voz alta.
Sin importar qué esté causando la dificultad para leer, hay maneras de ayudar. Las familias y los educadores pueden colaborar para entender qué está sucediendo.
Empiece por compartir lo que ha observado, en especial cualquier patrón que haya notado. Después, hablen sobre estrategias que pueden implementar en la escuela y en la casa. (Pruebe estas maneras de iniciar la conversación con el maestro de su hijo acerca de los desafíos con la lectura).