Con los IEP las personas con buenas intenciones pueden no estar de acuerdo

Zoey es una estudiante de tercer grado animada y parlanchina. Regularmente informa al personal de la escuela sobre sus planes después de la escuela, cuántas veces los ha visto en el pasillo ese día y cuántos niños estaban ausentes en la clase. Su visión del mundo es absolutamente peculiar.

Como patóloga del habla en la escuela, comencé a reunirme con Zoey en kínder, enfocándome en los objetivos del relacionados con su trastorno de lenguaje. Conjuntamente con sus maestros, trabajé con ella en lectura y . También la ayudamos a practicara a explicar cosas de manera que tuvieran sentido, decir los eventos en orden, mantenerse en el tema de conversación y dar detalles.

Inicialmente, parecía que Zoey solo necesitaba ayuda con el lenguaje. Pero a mediados de segundo grado, también comenzó a mostrar dificultades con las matemáticas y la escritura. Su madre, Caroline, solicitó una evaluación para .

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Nuestro equipo de educación especial dudaba que Zoey necesitara servicios adicionales en el IEP. Sin embargo, acordamos que una evaluación podría revelar necesidades que no estábamos viendo.

Eso exactamente fue lo que sucedió. Las necesidades académicas de Zoey eran más severas de lo que habíamos pensado. Redactamos un IEP nuevo que incluía objetivos en matemática y escritura. De hecho, nos sentimos muy bien al aprender más sobre Zoey. A todos nos encantaba trabajar con ella y estaba progresando. La consideramos una historia exitosa.

Sin embargo, cuando Zoey comenzó tercer grado fue evidente que Caroline no estaba tan segura. Siendo la madre de Zoey, Caroline era miembro del equipo del IEP. Ella solicitó una reunión del equipo del IEP para discutir sus preocupaciones.

“Creo que Zoey debería repetir el grado”, dijo en la reunión. Los maestros de Zoey y yo nos quedamos en silencio por unos momentos. Sabíamos que retrasar o hacer a un niño repetir un grado, más que ayudar generalmente perjudica a los niños con dificultades de aprendizaje y de atención. Caroline continuó, “tercer grado es un gran paso. La tarea es mucho más difícil y Zoey necesita mucha más ayuda para hacerla”.

La maestra del salón habló primero. Dijo que el nivel de lectura de Zoey estaba acorde con el grado académico y que estaba progresando en matemáticas y escritura. Luego, la maestra de educación especial de Zoey compartió las investigaciones sobre la retención y el efecto que tiene en los niños. El equipo sugirió alternativas para satisfacer las necesidades de Zoey en el salón de tercer grado. Después de mucha discusión, acordamos incrementar el tiempo en matemáticas y escritura en su IEP, medir su progreso más frecuentemente y reportarlo a Caroline semanalmente.

Pensábamos que las cosas iban bien en la escuela. Pero en la conferencia escolar a mediados de año, Caroline tenía una opinión diferente: “Zoey tiene crisis todas las noches. La tarea se le hace muy difícil. Todas las mañanas me dice que no quiere ir a la escuela. Ella no es así”.

Caroline se preguntaba en voz alta si no hubiese sido mejor que Zoey repitiera un grado.

De nuevo, el equipo de la escuela ofreció ideas, como servicios del psicólogo escolar o modificar la tarea que se le asignaba. A Caroline le gustaron nuestras ideas, pero no estaba convencida que pudieran compensar los retos de Zoey. Seguía muy preocupada.

Al final de la conferencia, Caroline nos agradeció nuestra ayuda y esfuerzos. Luego nos dijo que había hecho una cita con el director para solicitar que Zoey repitiera tercer grado el próximo otoño. Su voz no denotaba rabia. Nosotros no estuvimos de acuerdo, pero entendimos y respetamos lo que decía.

He tenido el privilegio de trabajar con muchas familias a lo largo de mi profesión. Y no es posible trabajar en una escuela por tantos años y nunca haber estado en desacuerdo en una reunión del IEP. Simplemente no sucede.

Hay muchos niños maravillosos y únicos allá fuera. Y hay muchos padres y profesionales en las escuelas que desean lo mejor para ellos. Pero no todo es perfecto. No existe la fórmula mágica. 

Creo que a veces personas que tienen buenas intenciones no se ponen de acuerdo. Pero también creo que a pesar de eso podemos trabajar en equipo en beneficio del estudiante aunque las cosas se compliquen.

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