Adolescente con TDAH crea una compañía de juguetes antiestrés

Allan Maman es un adolescente emprendedor. Además tiene TDAH.

Cuando el año pasado Allan se enteró de los objetos antiestrés giratorios conocidos como "fidget spinners” decidió que quería tener uno. Pero la fiebre por estos objetos aún no se había desarrollado totalmente y tenía que esperar semanas para recibirlo por correo. Así que decidió crear el suyo.

Con la ayuda de su maestro de física, Allan aprendió cómo imprimirlos en 3-D en el laboratorio de ciencias de su bachillerato en Armonk, Nueva York. Después de hacer el primero, sus compañeros empezaron a preguntarle si podían tener uno también.

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En breve, Allan pasaba sus tardes imprimiendo objetos antiestrés en el laboratorio y vendiendo cientos de ellos. En pocos días, Allan había ganado cerca de $500.

“La primera semana que empecé a venderlos en la escuela lo consideré un fenómeno”, dijo Allan en una entrevista con Mic. “Literalmente cada niño me pedía uno”.

De inmediato la escuela se dio cuenta de lo que Allan estaba haciendo y le impidió la entrada al laboratorio. Sin embargo, y para su fortuna, Allan ya había ahorrado suficiente dinero como para comprarse una impresora 3-D. Él y un compañero de clase, Cooper Weiss, se asociaron para iniciar una tienda de objetos antiestrés en línea llamada Fidget360.

Fue el momento perfecto ya que la fiebre del spinner apenas comenzaba. Forbes reportó que desde el otoño de 2016, Allan y Cooper habían enviado los objetos antiestrés giratorios 3-D a los 50 estados de los Estados Unidos y a 30 países, logrando una ganancia de 350 mil dólares.

Sus objetos giratorios son creativos. Uno de sus modelos se llama “Batman” y parece un pequeño murciélago que da vueltas. Otro tiene varios colores y parece como si estuviera salpicado de pintura. También son expertos promocionándolos en las redes sociales, teniendo más de 160 mil seguidores en Instagram.

Para estar al día con el creciente número de órdenes, Allan y Cooper ahora imprimen en una fábrica en Brooklyn. Además han contratado a compañeros de clase para que los ayuden. Y en abril, donaron a su escuela de bachillerato una nueva impresora 3-D.

Para Allan, crear estos objetos giratorios es más que seguir esta reciente tendencia. Siendo alguien con TDAH, Allan quiso ayudar a niños como él que tienen dificultad para poner atención en la escuela.

Y aunque la moda de los objetos antiestrés giratorios puede terminar, Allan piensa que su habilidad para identificar tendencias le servirá en el mundo de los negocios. Actualmente, está enfocado en desarrollar más negocios para el futuro.

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