Qué es una dieta sensorial

De un vistazo

  • Una dieta sensorial es un tratamiento que puede ayudar a los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial.

  • Incluye una serie de actividades físicas que los niños pueden realizar en casa. No está relacionado con la comida.

  • Un terapeuta ocupacional puede diseñar una rutina de dieta sensorial a la medida de las necesidades de su hijo.

Los niños con dificultades del procesamiento sensorial responden a su entorno de diferentes maneras. Aunque cada niño es único, existen ciertas formas de reaccionar a los estímulos sensoriales que son comunes.

Hay niños que reaccionan exageradamente a estímulos externos, se agobian y se vuelven hiperactivos. Otros reaccionan con poca intensidad y buscan estimulación sensorial. Algunos parecen sin energía y necesitan más estimulación para funcionar. Hay quienes incluso presentan una combinación de estas reacciones, dependiendo del entorno.

Si su hijo tiene dificultades del procesamiento sensorial, quizás le interese saber acerca de un tipo de tratamiento llamado “dieta sensorial”. Conozca más sobre las dietas sensoriales y cómo pueden ayudar a los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial.

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¿Qué es una dieta sensorial?

Una dieta sensorial no tiene nada que ver con comida. Es una serie de actividades físicas y adaptaciones cuidadosamente diseñadas a la medida del niño para proporcionarle la estimulación que necesita. La dietas sensoriales pueden ser usadas como parte de la terapia de integración sensorial. Completar la rutina de la dieta sensorial puede ayudar a que los niños logren el estado "preciso" que los ayudará a poner atención en la escuela, aprender nuevas habilidades y a socializar con otros niños.

¿Qué significa lograr un estado “preciso”? Para los niños que tienden a estimularse excesivamente, su dieta sensorial los ayudará a pasar de un estado de excitación a uno de tranquilidad. Los niños que sienten o parecen aletargados pueden lograr un estado “adecuado” haciendo actividades que los ayuden a estar más alerta.

No todos los niños se dan cuenta cuando no están en el estado “preciso”. Implementar una dieta sensorial de manera consistente es esencial para ayudar a su hijo a ser más consciente y así poder progresar.

El tipo de profesional que puede ayudar con esto es un (OT, por sus siglas en inglés). Un terapeuta ocupacional puede diseñar una rutina de actividades que se ajuste a las necesidades exactas y al horario de su hijo. El terapeuta realizará estas actividades con su hijo durante las sesiones de terapia. Y su hijo también puede hacerlas en casa bajo su supervisión.

Si no fuera fácil tener acceso a un terapeuta ocupacional, no es perjudicial que usted ayude a su hijo a practicar actividades sensoriales. Solo sepa que si lo que hace no funciona, no significa que su hijo no se beneficiaría de una dieta sensorial. Significa que probablemente necesita ayuda de un terapeuta ocupacional para desarrollar un plan de tratamiento especialmente diseñado para su hijo.

¿Cuál sería un ejemplo de una dieta sensorial?

Una dieta sensorial está formada por un grupo de actividades específicas para las necesidades de su hijo. Estas dependen de las dificultades sensoriales que tenga. Supongamos que su hijo es lo que un terapeuta ocupacional considera “de baja excitabilidad” (quiere decir lento). Su rutina podría incluir:

  • Hacer 20 saltos de tijera.

  • Rebotar 20 veces sobre una pelota de ejercicios.

  • Mantener la posición de yoga del niño feliz durante 10 segundos.

Su hijo repetirá estas actividades un número de veces determinado. Cada sesión debería durar de 10 a 15 minutos (los efectos pueden durar horas). Una vez que se establezca la rutina de su hijo, la realizará dos a tres veces al día.

¿Qué actividades podrían incluirse en la rutina de la dieta sensorial?

El terapeuta ocupacional observará a su hijo para determinar qué información sensorial busca o evita, y tomará en cuenta esas preferencias al diseñar la rutina. Estas son algunas actividades estándar que se utiliza al crear una dieta sensorial:

  • Saltos de tijera o acostarse sobre el piso para hacer ángeles en la nieve.

  • Volteretas.

  • Tronco rodante (rodar hacia delante y hacia atrás).

  • Balanceo en columpios.

  • Subir escaleras y deslizarse por el tobogán en los parques.

  • Saltos.

  • Lagartijas (puede modificarse empujando una pared o arrodillado).

  • Rebotar sobre una pelota de ejercicios con los pies sobre el piso mientras aplaude.

  • Rodar con el estómago sobre una pelota de ejercicios, hacia adelante y hacia atrás.

  • Posturas de yoga como “perro cabeza abajo” o “niño feliz”, manteniendo la posición durante al menos 10 segundos.

  • De frente a una pared empujar lo más fuerte posible. Las variantes incluyen pararse de lado y empujar la pared con un hombro, o empujar estando sentada con la espalda contra la pared, mantener las posiciones durante al menos 10 segundos.

  • Actividades arduas en casa bajo supervisión como barrer, quitar el polvo, aspirar, cargar y llevar las bolsas del mercado del auto a la casa.

  • Moverse como un animal, como el movimiento del cangrejo (con las cuatro extremidades hacia el techo) o el del oso (las cuatro extremidades hacia el piso).

Una dieta sensorial, además puede incluir otras actividades enfocadas en dificultades sensoriales específicas. Una técnica llamada “Protocolo Therapressure” (también llamada “brushing”), puede ser muy beneficiosa para algunos niños. Sin embargo, requiere haber sido entrenado por un terapeuta ocupacional, no es algo que los padres puedan hacer sin la orientación de un profesional.

Además de las actividades físicas, la dieta sensorial puede incorporar otras experiencias sensoriales para ayudar a su hijo a sentirse en el modo “preciso”. Estas podrían incluir juguetes relajantes, mantas con lastre (con peso), o que coma alimentos crujientes a lo largo del día.

Otras maneras de ayudar

Los niños suelen beneficiarse si siguen su dieta sensorial en la escuela. Usted puede hablar con el maestro de su hijo para que le permita tener al menos un descanso estructurado para completar sus actividades. Si su hijo se siente cohibido, existen maneras de modificar su rutina para que pase desapercibido. Si su hijo tiene un , ciertas actividades pueden añadirse al IEP como .

Una dieta sensorial por lo general es solo una parte del tratamiento de las dificultades del procesamiento sensorial. Es más efectiva cuando se combina con otras intervenciones. Infórmese sobre otras cosas que puedan ayudar a las dificultades del procesamiento sensorial como los grupos de habilidades sociales o la terapia ocupacional.

Puntos clave

  • Una dieta sensorial ayuda a los niños a lograr el estado “adecuado” para que puedan concentrarse y aprender.

  • Las actividades de una dieta sensorial pueden ayudar a que los niños que reaccionan exageradamente a los estímulos se sientan más calmados, y que los niños cuya respuesta es poco intensa estén más atentos.

  • Puede hablar con la escuela sobre incluir actividades de la dieta sensorial en la rutina escolar de su hijo y en su IEP.