Lorraine Bracco, estrella de "The Sopranos", habla de cómo el humor la ayudó a lidiar con la dislexia

La actriz Lorraine Bracco es conocida por su papel como la doctora Melfi en el icónico programa de televisión The Sopranos, donde ayuda a que el mafioso Toni Soprano exorcise sus demonios internos. De alguna manera, ella estaba bien preparada para ese rol. Bracco ha estado en terapia por muchos años debido a su depresión. Y ha tenido que enfrentar sus propios demonios relacionados con la dislexia.

Ella habló de algunas de estas dificultades con el Dr. Harold Koplewicz de Child Mind Institute durante la conferencia 12th Annual Katz Memorial.

“Detestaba la escuela porque me sentía tonta”, le dijo a Koplewicz. “Fue muy difícil”.

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Bracco dice que sus dificultades se hicieron evidentes cuando tuvo que aprender a leer. “Cada vez que tenía que leer en voz alta, la ansiedad se apoderaba de mí”. La situación no era mucho mejor con la escritura y las matemáticas. “Era un desastre. Para mí era papel y lápiz, y nada tenía sentido”.

Los padres de Bracco hicieron todo lo posible. Pero su padre, quien se dedicaba a la venta de pescado, había empezado a trabajar a los 14 o 15 años. Su madre era ama de casa y “definitivamente tenía dislexia”, según Bracco. No había mucha información disponible sobre la en aquel tiempo. Pocos se dieron cuenta en sus años escolares. “Promoción social”: esa era yo. ¡Creo que la inventaron especialmente para mí!”.

Para desviar la atención de sus dificultades, Bracco recurrió al humor y a la narración de historias. “Siempre estaba bromeando en clase”, recuerda. Explicó que se sentía obligada a encontrar una “manera creativa” de expresarse. Una vez, un niño que le gustaba le pidió que leyera algo y ella fingió ser una máquina de escribir humana para disimular.

Su lado creativo fue estimulado por un maestro en la escuela media. Él la motivó a que hiciera realidad su sueño de convertirse en modelo y habló con sus padres. Ellos estuvieron de acuerdo. Se presentó en Wilhelmina Models y la aceptaron de inmediato.

Su carrera como modelo la llevó a Francia, donde vivió por una década. Aprendió a hablar francés con asombrosa facilidad, lo cual atribuyó a su habilidad para aprender guiones rapidamente al leerlos en voz alta. En Francia modeló, actuó en películas y produjo el popular programa de televisión Les Enfants du Rock (Los niños del rock).

Después de que su primer matrimonio terminara, se enamoró del actor Harvey Keitel y regresó a Estados Unidos. Actuó en la película Goodfellas y fue nominada a un Oscar como mejor actriz en un papel secundario por su caracterización de Karin Hill, la esposa de un mafioso.

Luego de separarse de Keitel, atravesó por un difícil y costoso proceso por la custodia de su hija. Se declaró en bancarrota. Cayó en una depresión, pero no lo reconoció de inmediato. “Pasé una década y todo un año horribles antes de admitir que tenía un problema”, afirmó. “La depresión es un remolino. Tú no la tienes. Ella te tiene a ti”.

Las cosas comenzaron a mejorar luego de que consiguiera el rol de doctora Melfi en The Sopranos. Con terapia y medicación se recuperó de la depresión. Actualmente, es una defensora del tratamiento de las enfermedades mentales. “Si tienes un dolor de dientes, vas al dentista. Con una pierna rota vas a la sala de emergencia del hospital. Pero si tienes síntomas de cualquier enfermedad mental, las personas te dicen: “No hagas eso. Tienes que sobreponerte y superarlo”.

También aboga por las personas que piensan y aprenden de manera diferente. Al mirar hacia atrás, Bracco hubiera querido obtener ayuda para su dislexia en la escuela. “Creo que hubiera sido un reto intelectual, en lugar de tener que recurrir al humor para esconderme”, afirmó.

Pero hoy en día está agradecida de que haya mucha más conciencia al respecto. Incluso bromeó al relatar que su hija fue a una escuela Montessori donde enseñaban ortografía “creativa”. “¡Eso me hubiera venido muy bien!”.

La historia de Lorraine Bracco resalta el lado emocional de las diferencias de aprendizaje. Quizá le interese leer sobre cómo los sentimientos negativos relacionados con el aprendizaje se pueden convertir en depresión.