¿Tristeza o depresión? Cómo reconocer la diferencia

Todos los niños se sienten tristes de vez en cuando. Sin embargo, los niños que piensan y aprenden de manera son más propensos a tener estos sentimientos con la suficiente frecuencia e intensidad como para ser considerados señales de depresión. ¿Cómo saber si su hijo se siente triste o si usted podría está viendo señales de depresión?

Esta gráfica puede ayudarlo a entender la diferencia entre la tristeza común y la depresión, y cómo apoyar a su hijo en ambas situaciones.

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Tristeza común Depresión
¿Qué es?

Sentimientos temporales de tristeza que son una respuesta adecuada a lo que está sucediendo.

Estos sentimientos no ocurren a menudo y no interfieren con las actividades en la casa, en la escuela y con los amigos.

Por lo general, la tristeza común pasa rápidamente por sí sola o con un poco de consuelo por parte de adultos o amigos afectuosos.

Los niños que piensan y aprenden de manera diferente pueden tener más motivos para sentirse tristes, como al reprobar un examen de ortografía después de haber estudiado todas las palabras.

Sentimientos frecuentes e intensos de tristeza que son desproporcionados con lo que está sucediendo.

Estos sentimientos ocurren con frecuencia y dificultan el funcionamiento en la casa, en la escuela y con los amigos.

La depresión no es un estado de ánimo pasajero. Suele incluir sentimientos de desesperanza y de inutilidad.

Los niños que se sienten tan desanimados que tienen dificultad para funcionar durante dos semanas o más puede que necesiten tratamiento para la depresión.
¿Cómo podría verse?

Los niños sienten tristeza por cosas específicas. Pueden decir cosas como: “¡Ojalá no tuviera que presentar estos estúpidos exámenes!”.

Sus sentimientos negativos pueden volverlos reacios a hacer cosas opcionales como asistir a una fiesta. Pero sus sentimientos no se interponen en compromisos como jugar con su equipo deportivo.

Los niños que están tristes pueden llorar o hacer un berrinche . Pero por lo general no experimentan una angustia mayor ni tienen crisis .

Los niños parecen tristes o enojados todo el tiempo. Pueden decir cosas como: “¡Desearía no haber nacido!”.

Sus sentimientos negativos pueden llevarlos a negarse a ir a la escuela , evitar situaciones sociales y abandonar actividades que solían disfrutar.

Los síntomas físicos pueden incluir:

  • Llorar mucho
  • Comer muy poco o mucho
  • Dormir muy poco o demasiado
  • Problemas de concentración
  • Dolores de estómago o dolores de cabeza que no responden al tratamiento

Cómo pueden ayudar los profesionales

No hay necesidad de ayuda profesional para los sentimientos negativos que son temporales, apropiados para la situación y que no ocurren a menudo.

Hay muchos tipos de ayuda emocional disponibles para niños con depresión.

La terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés) puede ayudar a los niños a observar los pensamientos negativos y reemplazarlos con pensamientos positivos. A veces los profesionales pueden recomendar el uso de medicamentos antidepresivos en conjunto con terapia. Hay estudios que afirman que la mejor manera de tratar la depresión es combinando terapia y medicación.

Qué pueden hacer las escuelas

La manera en que los niños se comportan en la escuela y cómo interactúan con otros estudiantes dice mucho de su estado emocional.

Los maestros pueden ayudar informándole si su hijo está empeorando académicamente, si está retraído, triste o cansado, o si tiene una actitud negativa.

Si eso es lo que el maestro de su hijo está reportando, podría solicitar una reunión con el equipo de recursos de su hijo.

Los maestros pueden ser conscientes de los desafíos de los niños y proporcionar apoyo en la escuela que ayude a reducir el estrés.

Por ejemplo, si su hijo tiene problemas en lectura, el maestro podría excusarlo de tener que leer en voz alta.

Otros apoyos escolares incluyen dividir las tareas en partes más pequeñas y agrupar a su hijo con niños que expresen interés en ayudar.

Qué puede hacer usted

Familiarícese con las señales de depresión a diferentes edades. Tome notas de lo que está observando y comparta sus preocupaciones con el proveedor de atención médica de su hijo.

Tome en serio las preocupaciones de su hijo, pero exprese confianza en la capacidad que él tiene de enfrentarlas.

Recuerde a su hijo sus logros anteriores y las estrategias que funcionaron en esas situaciones. Piensen en nuevas estrategias y practíquenlas.

Hable abiertamente con su hijo acerca de la depresión de manera comprensiva y sin juzgarlo. Pregúntele cuál es su opinión y comparta con él sus experiencias.

Busque tratamiento para la depresión de su hijo y apóyelo mientras desarrolla nuevas estrategias para hacer frente a la situación. Ayúdelo a practicar nuevas técnicas aprendidas en terapia.

Considere hablar directamente con un proveedor de atención médica para que lo ayude a manejar el estrés que puede ocasionar tener un hijo con depresión.

Es importante tomar en serio las señales de depresión. La depresión puede dificultar el funcionamiento diario de los niños. Si no es tratada, puede empeorar y llevar a comportamientos destructivos, como el abuso de sustancias y, en casos más graves, al suicidio. Si su hijo habla de querer lastimarse, busque ayuda de inmediato y diríjase a la emergencia del hospital más cercano o llame al 888-628-9454 (Red Nacional de Prevención del Suicidio, un centro de ayuda gratuita en español que funciona las 24 horas todos los días de la semana).

Afortunadamente, existen tratamientos seguros y efectivos para la depresión. Lo más importante que usted puede hacer es mantenerse en comunicación con su hijo para reaccionar de inmediato si ve algún motivo de preocupación.

Averigüe qué medidas debe tomar si cree que su hijo está deprimido. Si su hijo tiene TDAH, conozca la relación entre el TDAH y la depresión.

Una nota acerca de la depresión y la ansiedad: ¿Su hijo parece temeroso o nervioso a menudo? Tal vez le interese saber cómo se evidencia la ansiedad en los niños pequeños y en preadolescentes y adolescentes. La ansiedad y la depresión pueden parecer iguales a los familiares, y muchos niños pueden presentar ambas al mismo tiempo.