Contratos de comportamiento: Lo que necesita saber

De un vistazo

  • Un contrato de conducta es un acuerdo escrito entre su hijo y su maestro y, a menudo, usted también.

  • Los chicos pueden tener contratos de conducta, ya sea que tengan o no un IEP o un plan 504.

  • Los contratos de conducta pueden mejorar las habilidades de autocontrol de su hijo.

Muchos chicos con dificultades de aprendizaje y de atención tienen problemas para controlar su comportamiento en la escuela. Si su hijo frecuentemente se mete en problemas por su mal comportamiento o por no seguir las indicaciones en clase, su maestro puede sugerir hacer un contrato de conducta (o usted puede sugerir esta estrategia en la escuela si piensa que podría ser de ayuda).

¿Qué es un contrato de conducta?

Un contrato de conducta es un acuerdo entre su hijo y su maestro. A menudo también lo incluye a usted.

El contrato describe las expectativas que todos tienen en lo que se refiere al comportamiento de su hijo. Contempla cualquier comportamiento específico con el que tenga problemas o en el que esté trabajando, y establece metas de comportamiento.

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También describe las recompensas y consecuencias que su hijo obtendrá por cumplir o no con lo establecido en el contrato.

Por ejemplo, si su hijo tiene dificultad para recordar que tiene que levantar la mano para hablar en clase, el contrato puede incluir como meta que él grite menos de tres veces por día. Si el problema es entregar la tarea, el contrato puede especificar que la entregue al menos el 90 por ciento de las veces.

Si su hijo cumple los términos del contrato, recibe un premio que está especificado en el contrato, por ejemplo, tiempo adicional en la computadora. Y una semana de buena conducta en el salón de clases podría significar, por ejemplo, una noche de cine familiar en la casa o dormir en casa de un amigo el fin de semana.

Los contratos de comportamiento pueden adoptar muchas formas. Pueden parecerse a los acuerdos formales, incluyendo “reportes diarios de rendimiento” que el maestro le entregue a su hijo todos los días, o incluso pueden ser tablas o diagramas adhesivos. Ninguna forma es mejor que otra. Lo que importa es que funcione.

¿Quién es un buen candidato para un contrato de conducta?

Un contrato de conducta puede beneficiar a cualquier estudiante que necesite mejorar su comportamiento en la escuela. Puede ayudar a los chicos con TDAH que tal vez tengan dificultades con la impulsividad, la falta de atención o la hiperactividad. Un contrato de conducta puede funcionar bien para los chicos que tienen problemas con la organización y para completar tareas. También podrían beneficiar a chicos que hacen berrinches a menudo, o para aquellos que tienen comportamientos opuestos.

Si su hijo tiene un o un Plan 504, un contrato de comportamiento lo podría ayudar a lograr cualquier meta de comportamiento que ya esté incluida en ese plan. O un contrato de comportamiento puede ser la continuación de una evaluación funcional del comportamiento o ser parte de un plan de intervención del comportamiento.

Los contratos de conducta tienden a ser más efectivos en niños a partir del segundo grado y hasta el bachillerato. En esas edades es más probable que entiendan cómo funciona el contrato y qué se espera de ellos.

¿Cómo puede ayudar un contrato de comportamiento a su hijo?

Un contrato de comportamiento puede ser una herramienta efectiva por varias razones. Estas son algunas de sus ventajas:

  • Puede mejorar la comunicación entre la casa y la escuela. Idealmente, su hijo, el maestro y usted deben estar presentes cuando se establezcan las metas del contrato de comportamiento. El trabajador social de la escuela, el psicólogo y/o el especialista en conducta también pueden asistir a la reunión. Así todos tienen la misma información.

  • Puede establecer las expectativas de comportamiento más claramente. El contrato de conducta detalla específicamente en qué comportamiento(s) debe enfocarse su hijo. También explica cómo funcionan las recompensas y las consecuencias.

  • Puede motivar a los estudiantes a autorregularse. Su hijo está involucrado en el proceso de establecer las metas del plan del comportamiento y seleccionar sus recompensas. Esto significa que podría estar más interesado en lograr esas metas. Esta participación puede mejorar tanto sus habilidades de autocontrol como para auto supervisión.

  • Puede aumentar la responsabilidad que tiene su hijo sobre sus acciones. Hasta la palabra “contrato” suena formal. Y un contrato de comportamiento es un acuerdo escrito, lo que lo hace fácil de releer si hubiera alguna confusión. (Esto puede ayudar a su hijo a decir algo como: “¡Ah!, olvidé que eso estaba ahí”).

  • Puede ofrecer valiosa retroalimentación para su hijo. Por lo general, al final del día usted podría revisar con su hijo cómo le fue ese día. De tal manera que cada día su hijo pueda hablar acerca de eso y reflexionar en lo que logró y lo que podría hacer mejor.

  • Puede ser usado (y modificado) con el tiempo. Un contrato de conducta puede crearse en cualquier momento del año escolar: no necesita esperar una intervención o una reunión del IEP. Una vez que se crea un contrato, puede modificarse en cualquier momento, siempre y cuando usted, su hijo y el maestro estén de acuerdo con los nuevos términos. Y si un contrato de conducta está funcionando, puede mantenerse así año tras año si todos participan.

Los contratos de conducta pueden ser una manera efectiva de ayudar a su hijo a aprender a manejar sus conductas en la escuela. Si usted está buscando soluciones para los problemas diarios de conducta en la casa, explore Entrenamiento para padres.

Puntos clave

  • Un contrato de conducta puede de ayuda para que su hijo se responsabilice por sus actos.

  • Puede ser creado o modificado en cualquier momento del año escolar.

  • Tener un contrato de conducta puede crear oportunidades para que su hijo reflexione, lo cual puede ayudar a mejorar sus habilidades de autocontrol y para supervisarse a sí mismo.