Búsqueda sensorial y evasión sensorial: Qué necesita saber
De un vistazo
Existen dos maneras en las que los chicos con dificultades del procesamiento sensorial responden a la estimulación sensorial.
Cuando los chicos reaccionan con poca intensidad a la estimulación sensorial, puede que busquen más estimulación.
Cuando los chicos reaccionan demasiado, se abruman y puede que eviten la estimulación.
Nuestros cerebros están constantemente recibiendo información captada por nuestros sentidos. Procesar esa información no es un problema para la mayoría de las personas, pero para los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial es difícil manejar ese flujo de información.
Los niños no tienen las mismas reacciones ante diferentes situaciones y estímulos, pero sus respuestas suelen pertenecer a una de dos categorías.
Algunos tienden a “buscar sensaciones”. Reaccionan con poca intensidad a la estimulación sensorial o necesitan más estimulación para funcionar. Otros generalmente “evitan las sensaciones”. Reaccionan excesivamente a la estimulación sensorial y se abruman y se vuelven hiperactivos.
Conozca más acerca de las diferencias entre la búsqueda sensorial y la evasión sensorial.
Tipos de estimulación sensorial
Cuando pensamos en información sensorial, pensamos en los cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto. Estos son algunos ejemplos comunes de información que los chicos buscan y evitan de esos sentidos:
Vista: Patrones visuales, ciertos colores o formas, objetos que se mueven o giran, objetos o luces brillantes
Olfato: Olores específicos. Algunos chicos son capaces de detectar y objetar olores que otras personas no perciben.
Oído: Sonidos fuertes o inesperados como las alarmas o las licuadoras, cantos, sonidos repetitivos o específicos (como el chasquido de los dedos o los aplausos).
Gusto: Sabores específicos (como picante, agrio, amargo o mentolado), texturas (como crujiente, gomoso o pastoso), masticar o chupar objetos no alimenticios (como mangas o cuellos de camisa).
Tacto: Que las personas los toquen, tocar y juguetear con objetos, ropa ajustada o suave y ciertas texturas o superficies
Existen otros dos sentidos que se ven afectados en los niños con dificultades del procesamiento sensorial. Uno es la habilidad de percibir el movimiento, la posición y el equilibrio del cuerpo. Esto se conoce como propriocepción. Los buscadores de sensaciones intentarán recibir más estimulación proprioceptiva. Podrían abrazar fuertemente a las personas o tropezar con cosas para sentir el contacto y la presión física. Los que evitan sensaciones intentarán alejarse de ellas.
El otro sentido tiene que ver con la orientación especial o con saber dónde se encuentra el cuerpo “en el espacio”. En este caso, los buscadores sensoriales podrían balancearse hacia adelante y hacia atrás, dar vueltas, girar, colgarse bocabajo o saltar desde alturas. Los que evitan las sensaciones puede que sean más cautelosos físicamente.
Lea más sobre cómo las dificultades del procesamiento sensorial pueden afectar las habilidades motoras.
Búsqueda sensorial: Qué es y cómo se reconoce
La mayoría de los buscadores sensoriales son poco sensibles a la estimulación (“hiposensitivo”) y buscan más estimulación sensorial. Los niños que buscan sensaciones pueden lucir torpes, un poco ruidosos o con “problemas de conducta”.
La estimulación sensorial puede ayudar a estimular a los chicos para que se sientan menos aletargados. También puede calmar un sistema “sobrecargado” y ayudarlos a sentirse más organizados en sus propios cuerpos y en el espacio. Un buscador sensorial puede:
Pararse muy cerca cuando habla con otros y no entender el espacio personal (lea cómo una mamá se lo enseñó a su hijo usando la “regla del codo”)
Tener una tolerancia inusual al dolor
Caminar con pasos fuertes y pesados
Disfrutar saltando, brincando y chocándose con cosas y personas, a veces hasta el punto de ser peligroso
No conocer su propia fuerza (puede rasgar el papel en el que está escribiendo, romper juguetes o lastimar a otros por accidente)
Preferir “jugar con rudeza” en el parque infantil
Tocar a menudo personas y objetos
Buscar o hacer sonidos fuertes
Masticar mangas o cuellos de camisas y otros artículos no alimenticios
Evasión sensorial: Qué es y cómo se reconoce
Muchos de los niños que evitan sensaciones son excesivamente sensibles (“hipersensitivo”). Experimentan la estimulación sensorial más intensamente que la persona promedio, y la evitan porque los abruma.
Los chicos que evitan las sensaciones pueden parecer tímidos, “selectivos con la comida” y particulares con los tipos de ropa que usan. Un niño que evite sensaciones puede:
No gustarle que lo abracen o lo besen, ni siquiera los familiares
Sorprenderse o asustarse por sonidos inesperados y luces brillantes
Escuchar ruidos de fondo que otras personas no perciben
Preocuparse de que otros chicos lo tropiecen al estar en fila o que lo toquen cuando juegan
Negarse a usar ropa áspera, apretada o de alguna manera “incómoda”
Ser precavido y evitar columpios y otros juegos en el parque que proporcionan estimulación vestibular o proprioceptiva
Tener dificultad para saber dónde está su cuerpo en relación con otras personas u objetos
Preferir los lugares silenciosos y evitar multitudes
No siempre es uno u otro
No todos los niños buscan o evitan sensaciones. Algunos pueden mostrar una combinación de ambas reacciones. Eso se debe a que sus respuestas pueden cambiar dependiendo de su grado de excitabilidad o qué tan bien pueden autorregularse.
Por ejemplo, algunos niños están bien en lugares familiares, pero podrían tener crisis sensoriales en lugares con mucha gente o que son desconocidos. O podrían buscar más estimulación para que los ayude a tranquilizarse.
Conocer las reacciones de su hijo y los factores desencadenantes puede ayudarlo a encontrar maneras de ayudarlo. Hable con su maestro acerca de sus dificultades sensoriales. Lea sugerencias para manejar las crisis sensoriales y ayudar a su hijo a manejar la sensibilidad táctil, visual, al gusto y al ruido.
Puntos clave
Los buscadores sensoriales son poco sensibles al estímulo, y los evitadores sensoriales son demasiado sensibles.
Algunos niños pueden mostrar una combinación de estas reacciones.
Saber cuáles son los desencadenantes de su hijo puede ayudarlo a encontrar maneras para ayudarlo a lidiar con eso.