¿Puede mejorar la velocidad de procesamiento?

Casi todos los niños serán más rápidos a los 12 años que a los 7, y aún más rápidos a los 16. Pero la velocidad de procesamiento se mide comparando a un niño con sus compañeros. Y dado que casi todos los niños se vuelven más rápidos al ir creciendo, un niño de primaria cuya velocidad de procesamiento sea lenta será más rápido en la escuela media, pero probablemente seguirá siendo más lento que sus compañeros.

La velocidad de procesamiento de unos pocos niños podría “nivelarse” con la de sus compañeros. Esto no es muy probable, aunque ocurre en algunos casos. Comparativamente, la velocidad de procesamiento es un poco como la estatura. Un niño cuya estatura ha sido menor que la de la mayoría de sus compañeros durante varios años, es poco probable que dé un gran estirón cuando llegue a la adolescencia y alcance la estatura de sus compañeros. Pero algunos niños sí tienen esa clase de crecimiento acelerado.

Entonces, ¿qué otra cosa pueden hacer las familias que no sea esperar y dejar que la naturaleza siga su curso? Estas son algunas maneras en que usted puede ayudar a su hijo a aumentar la velocidad de procesamiento:

Practique una habilidad específica. La práctica puede ayudar a su hijo a mejorar la velocidad de esa habilidad. Los estudios de investigación demuestran que repetir una tarea la convierte en algo más automático y por lo tanto más rápida de procesar.

Esto se aplica a todo, desde cepillarse los dientes hasta aprender la tabla de multiplicar. Mientras más veces realice una tarea, más rápido la hará.

Ayude a su hijo a ser más eficiente. Busque estrategias que puedan ayudar a su hijo a ser más eficiente. Usted puede hacerlo con casi cualquier tarea.

Por ejemplo, esta es una manera de ayudar a su hijo a disminuir el tiempo que tarda en hacer la tarea escolar. Ayúdelo a hacer una lista de lo que requiere la tarea y lo que no requiere. Así su hijo puede sentirse confiado de que está usando el tiempo en las metas correctas. Mantenga la lista de requisitos a la mano para que él pueda revisarla.

Trabaje en las habilidades de planificación y organización. Planificar puede ser complicado para algunos niños con una velocidad de procesamiento lenta, especialmente si no tienen idea de cuánto tiempo tardarán en hacer una tarea en particular. Llevar un registro de la hora de inicio y de término puede ser útil. Así como estimar cuánto tiempo tomará hacer un proyecto y después verificar si se le asignó tiempo suficiente.

Poner más énfasis en la planificación y organización también puede ayudar a su hijo a ser más eficiente al realizar tareas rutinarias. Además puede ayudar a asegurarse de que las cosas sean consistentes y predecibles. Seguir las rutinas significa que habrá menos información nueva para procesar.

Hable en la escuela de su hijo. Infórmese si califica para adaptaciones en el salón de clases para la velocidad de procesamiento lenta. Conseguir tiempo adicional para hacer cosas como presentar un examen puede disminuir el estrés de los niños mientras hacen esas labores.

Considere usar medicamento para el TDAH. Si su hijo también tiene TDAH, tal vez quiera considerar el uso de medicamentos para el TDAH. Puede que los medicamentos no mejoren directamente su velocidad de procesamiento. Sin embargo, si lo ayudan a enfocarse, puede que su hijo sea más eficiente al realizar la tarea y otras actividades. Hable con el médico de su hijo si desea discutir esa opción.

Manténgase positivo. Es fácil perder de vista el panorama cuando se está enfocando en tareas cotidianas. Tenga en cuenta que la velocidad de procesamiento puede que sea menos problemática cuando su hijo crezca.

Esto se debe a que solemos escoger empleos y pasatiempos que son acordes con nuestra forma de ser. Por ejemplo, un niño con una velocidad de procesamiento lenta puede que no quiera ser un médico que trabaje en la sala de emergencias, pero podría ser un excelente radiólogo.

Por último, usted desea maximizar el potencial de su hijo. Y esto implica tener expectativas reales. Su hijo ya ha sido evaluado y ese es un excelente primer paso. Saber qué esperar hará más fácil conocer qué adaptaciones son apropiadas o cómo abogar por su hijo.