Una decisión difícil: ¿Debería mi hijo tener adaptaciones para los simulacros de encierro?

“Mami, ¿sabías que en lugar de irnos del salón de clases durante los simulacros de incendios, a veces tenemos que escondernos debajo de nuestros escritorios y quedarnos completamente quietos y en silencio?”.

Como cualquier padre, me duele escuchar a mi hijo de 8 años hablarme de lo que nuestro distrito escolar llama “simulacros de encierro”. Otras escuelas lo llaman simulacros de un “tirador activo” o de “tiroteos”, “generales de encierro” o de “refugio en el plantel”. Sin importar cómo los llamen, es aterrador y doloroso que nuestros hijos tengan que practicarlos. Y me preocupa aún más cuando se trata de niños como el mío.

Mi hijo tiene , autismo y dificultades del procesamiento sensorial. Se sobresalta y es sensible a sonidos fuertes y repentinos. A menudo se queda paralizado y se cubre los oídos con las manos.

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Su incluye adaptaciones adecuadas para los simulacros de incendio: se le informa con anticipación sobre los simulacros, y la maestra se asegura de que tenga sus auriculares con cancelación de ruido.

Los simulacros de encierro representan una preocupación totalmente diferente en el caso de mi hijo. Sin embargo, son igual de alarmantes y perturbadores para él. Por mucho que intento que sean igual de manejables para él como los simulacros de incendio, en esos casos soy reacia a implementar las mismas .

Porque todo es diferente cuando se trata de simulacros de encierro, o en el peor de los casos, de la necesidad real de refugiarse en el plantel. Él necesita actuar rápidamente, en silencio y sin hacer preguntas. No le advierten ni tiene tiempo de agarrar sus auriculares.

Además de quedarse paralizado cuando tiene miedo, se siente ansioso. Se queda atascado preocupado de que les estén pasando “cosas malas” a personas que conoce. Eso significa que se pregunta lo mismo una y otra vez después de haber obtenido la respuesta.

Eso es manejable si en realidad hay un incendio o es necesario evacuar la escuela. Un maestro puede guiarlo, tranquilizarlo y llevarlo sin peligro hacia la salida.

No obstante, en una situación en la que tenga que refugiarse en el plantel sería desastroso que mi hijo se quede paralizado en lugar de ocultarse debajo de su escritorio. Atravesar el salón para agarrar sus auriculares con cancelación de ruido podría poner su vida en peligro. También podría ser peligroso para la maestra acercarse a ayudarlo o contestar sus preguntas ansiosas desde el otro extremo del aula.

Estoy segura de que la maestra de la clase toma en cuenta sus necesidades durante la jornada escolar. Sé que hará todo lo que esté a su alcance para protegerlo en caso de una emergencia. ¿Y si mi hijo está en el baño o en una clase especial, como arte o música? ¿Y si ese día hay una maestra sustituta que desconoce las necesidades de mi hijo? También me pregunto:

  • ¿Cómo lo preparo para la peor situación sin asustarlo más?

  • ¿Qué necesita hacer la escuela para asegurarse de que niños como mi hijo estén protegidos en este tipo de emergencias?

  • ¿Existen otras adaptaciones que necesitemos considerar, como reunirse con el consejero escolar después de un simulacro de encierro?

Hasta ahora, solo he compartido mis inquietudes con mi esposo. Pero cuando mi hijo llega a casa hablando de que participará en un simulacro de encierro, me doy cuenta de que es momento de hablar con él y con su equipo del IEP.

En una escala más amplia, hace que me dé cuenta de que es necesario que los padres de niños que piensan y aprenden de manera diferente tengan esas conversaciones con sus distritos escolares. Contar con planes para ayudar a que los niños que tienen dificultad para seguir instrucciones, dificultades del procesamiento sensorial u otras discapacidades, es algo que todos los distritos deberían considerar.

¿Y en cuanto al factor miedo? Quizá podemos encontrar maneras de abordar la ansiedad que la mayoría de los niños experimentan en los simulacros de emergencia. Sin embargo, cuando se trata de nuestra ansiedad de padres, no creo que exista una respuesta sencilla.