Quiero, necesito, uso, leo: La estrategia para los regalos navideños que funciona con mis hijos

Durante años, nuestras celebraciones de navidad no eran exactamente alegres. Imagine una habitación con papeles de regalo arrugados esparcidos por el suelo, cajas despedazadas y juguetes nuevos con pequeñas piezas rotas.

Ahora agregue un fondo musical de niños llorando y familiares opinando en voz alta sobre cómo deberíamos manejar la situación.

Mis hijos, de 5 y 13 años, piensan y aprenden de manera diferente. El más pequeño puede ser impulsivo y emocionarse excesivamente. El mayor puede ponerse ansioso y tiene dificultad con las situaciones sociales.

¿Cuál es su principal preocupación?

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Cada diciembre, los niños presenciaban una montaña desorganizada de regalos de parte nuestra y de familiares. No tenían idea de lo que había dentro de cada paquete. ¡Literalmente temblaban por la expectativa!

Cuando llegaba el momento de abrir los regalos, cada niño agarraba y rasgaba los paquetes intentando apropiarse del que le correspondía. ¿Tomaban turnos? Ni pensarlo.

Después venía la desilusión.

Mis hijos suelen tener ideas muy específicas de lo que quieren recibir. Cuando no recibían exactamente lo que querían se producía un berrinche o una crisis. No ayudaba que nuestros bien intencionados familiares a menudo daban regalos que no tenían sentido para los niños. (Los Transformers son geniales, pero no para un pequeño de 5 años que aún no dominaba las habilidades motoras finas).

Así que a pesar de los regalos, nadie disfrutaba la celebración.

La situación se volvió tan desagradable que consideramos evitar la entrega de regalos. Pero creo que los niños no hubieran aceptado ese plan sin protestar.

Además, queríamos que valoraran el espíritu de la festividad. Queríamos que experimentaran la alegría de estar en familia y entendieran por qué es mejor dar que recibir.

Así que en lugar de renunciar a la tradición de los regalos, decidimos simplificar las cosas con una estrategia nueva para la entrega de regalos.

Se llama quiero, necesito, uso, leo.

La idea es que solo se entregan cuatro regalos a cada niño: Algo que quieren, algo que necesitan, algo para usar y algo para leer.

Esto permite que usted incluya a sus hijos en el proceso de toma de decisiones. Pregúnteles: ¿Qué es lo que quieres? Dependiendo de las dificultades o la edad de su hijo, tal vez tenga que ayudarlo con su elección. No hay nada oculto, saben exactamente qué van a recibir.

Para nosotros, cada tipo de regalo es una manera excelente de pensar en las necesidades de nuestros hijos que piensan y aprenden de manera diferente:

  • QUIERO: El regalo “quiero” nos da la oportunidad de escuchar a nuestros hijos y comprender sus intereses. En lugar de comprar el juguete de moda de la temporada, tratamos de averiguar lo que los alegraría. Les damos algo que realmente disfrutarán y usarán, y también evitamos las crisis que se pueden producir al recibir un “regalo decepcionante”.

  • NECESITO: El regalo “necesito” nos permite dar a nuestros hijos algo que necesitan y que pudiera estar relacionado con sus diferencias en la manera de pensar o aprender. No tiene que ser algo inesperado o de gran importancia. Por ejemplo, nuevos auriculares que cancelan el ruido o una mochila que es más fácil de organizar.

  • USO: Con el regalo “uso” es cuando tenemos en cuenta el estilo particular de cada niño y cualquier dificultad sensorial. Puede que sea más complicado encontrar un suéter de Batman que sea suave y no tenga etiquetas ¡pero vale la pena!

  • LEO: El regalo “leo” nos da la oportunidad de escoger libros relacionados con sus intereses. Podemos ser más creativos y no preocuparnos de que vayan a recibir libros tradicionales. Las novelas gráficas, los libros de ideas para construir con LEGO y hasta los libros de cocina son recibidos con gran emoción.

Quiero, necesito, uso, leo ha significado menos caos, expectativas más claras y menos desilusión en nuestra familia. Ahora mis dos hijos son más felices porque saben que pueden escoger los regalos, aunque reciban menos regalos.

También hay otros beneficios. El otro día, cuando le pregunté a mi hijo mayor cuál sería su regalo “quiero” de este año, su respuesta me sorprendió gratamente.

“No se me ocurre nada que quiero que no sea algo que también necesite o que me gustaría leer”, me dijo. “Pero ¿qué es lo que tú quieres mami?”.

Lea otras recomendaciones excelentes sobre cómo hacer que las festividades sean más manejables para sus hijos.

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