Mis hijos tienen fortalezas y retos diferentes. Conozca cómo establezco metas con ellos.

Averigüe cómo una mamá establece metas con sus dos hijos, teniendo en cuenta sus fortalezas y desafíos.

Como madre, siempre he sabido que mis hijos son personas únicas con sus fortalezas y desafíos propios. Pero fue cuando empezaron a ir a la escuela que comencé a comprender completamente la profundidad de sus diferencias. Y fue entonces cuando me di cuenta de la importancia de establecer objetivos personalizados para cada uno.

Establecer metas académicas se convirtió en una danza delicada en nuestra familia. Para mi hijo menor, que actualmente cursa el cuarto grado, establecimos metas que implicaran un reto apropiado para él. También nos enfocamos en mantener su entusiasmo por aprender. Pero para mi hijo mayor, que actualmente cursa el décimo grado, sus objetivos son bastante diferentes. Debido a que tiene un , nos enfocamos en su progreso gradual y en celebrar sus logros, al mismo tiempo que aprovechamos su amor por el aprendizaje.

Para ayudar a mis hijos a comprender mejor la importancia de sus objetivos individuales, mantengo conversaciones privadas con ellos. Conversamos acerca de sus fortalezas y desafíos. Luego, establecemos metas, sin compararlas con las de los hermanos. Las mantenemos en privado. Pero sí analizamos las metas que aplican a ambos y a toda la familia: metas relacionadas con aprender a defenderse ellos mismos, el manejo de los útiles escolares y con la importancia de ser amables.

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Con el tiempo, hemos profundizado la comprensión de toda nuestra familia sobre los objetivos personalizados. Pero no siempre fue fácil, especialmente para nuestros hijos. Atravesamos la fase de “no es justo” cuando un hermano se percataba de su calificación ‘A’ contra la ‘C’ del hermano. “¿Pero por qué no tiene que hacerlo él?”, a menudo era la pregunta que teníamos que responder. 

Mi esposo y yo también tuvimos que enfrentarnos a nuestras propias expectativas y prejuicios. Es fácil caer en la trampa de querer que los niños alcancen el mismo éxito académico. Pero nos dimos cuenta pronto de que el verdadero éxito significaba cosas diferentes para cada niño. Las metas pueden ser diferentes, pero la expectativa es la misma: haz tu mejor esfuerzo y sé lo mejor que puedas ser. 

Recomendaciones para empezar a establecer metas 

No es fácil establecer metas individuales con los hermanos, especialmente cuando un niño piensa y aprende de manera diferente. Estas son dos recomendaciones sobre cómo empezar.

1. Empiece pronto a conversar en familia. Sea transparente y coherente.

Hablen en familia acerca de cómo cada uno tiene fortalezas y desafíos diferentes. Analicen cómo establecer metas nos ayuda a mejorar tanto en las cosas que se nos dificultan como en las que nos resultan más fáciles. Conversen acerca de que ‘justo’ no significa que todos alcancen las mismas metas. 

Mantengan conversaciones continuas sobre las fortalezas y los desafíos para ayudar a los hermanos a comprender sus diferencias. Pero no espere la aceptación instantánea. En mi propia casa, hay una lucha real: algunos días es muy ligera y otros días es muy pesada. 

2. Ayude a cada niño a comprender que sus diferencias importan, tanto en lo que se refiere a desafíos como fortalezas.  

Aprendimos por las malas que comparar los logros de nuestros hijos no es una buena idea. En lugar de eso, celebramos el progreso de cada hijo como si fuera un logro propio. También les explicamos a nuestros hijos que la buena calificación de un hermano no le resta mérito al progreso del otro hermano. Y las diferencias en la manera de pensar y de aprender de un hermano no demeritan los logros del otro. Hable con su familia acerca de cómo cada niño está avanzando en su propio camino particular. Asegúrese de que su papel como padre sea apoyarlos con todo su corazón.

La experiencia en nuestra familia nos enseñó que establecer metas académicas no debe tener un enfoque único para todos. Se trata de reconocer las fortalezas y los desafíos de cada hijo. Se trata de celebrar tanto las metas como el esfuerzo. Y lo más importante: escuchar a nuestros hijos y responder a sus necesidades individuales con empatía y amor. 


Obtenga más información acerca de cómo hablar con los hermanos sobre sus desafíos. Reciba recomendaciones para elogiar a los niños sin causar rivalidad entre hermanos.

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