Consejos prácticos para manejar la dislexia y la depresión
Consejo práctico 1
Comentar lo que está observando.
Comentar lo que está observando.
Es importante que padres y maestros intercambien información. Programe una cita para hablar de lo que usted ha notado y qué podría ayudar.
Consejo práctico 2
Hablar con un médico.
Hablar con un médico.
Si su hijo que tiene dislexia parece deprimido, dígaselo al pediatra u otro proveedor de atención médica de inmediato. Ellos pueden evaluar la situación y recomendar los pasos a seguir.
Consejo práctico 3
Hacer preguntas sobre cosas cotidianas.
Hacer preguntas sobre cosas cotidianas.
A veces los niños no tienen las palabras para hablar de sus emociones. Pruebe hablar de lo que sucede. Usted puede decir: "Cuéntame cómo te fue hoy".
Consejo práctico 4
Tratar cada condición.
Tratar cada condición.
La depresión y la dislexia pueden presentarse al mismo tiempo, pero son dos condiciones distintas. Cada una necesita ser tratada por separado.
Los niños con dislexia tienen más probabilidad de tener depresión que otros niños, especialmente a medida que se acercan a la adolescencia. (La depresión también es común en niños con TDAH).
¿Por qué la dislexia y la depresión suelen coexistir en las personas jóvenes y también en los adultos? Los investigadores señalan algunos motivos:
Estrés: Asistir a la escuela es estresante porque prácticamente todas las clases involucran al menos algo de lectura. El estrés crónico causa que las personas sean más propensas a desarrollar depresión.
Baja autoestima: La dificultad para mantenerse al día con los deberes escolares puede afectar la autoestima de los niños. Es posible que piensen que no son inteligentes o que tienen que ocultar lo que les pasa.
Aislamiento social: Algunos estudiantes que tienen dificultades prefieren faltar a la escuela o ser enviados a la oficina del director antes que sentirse avergonzados frente a sus compañeros. Esto puede resultar en que se sientan aislados.
Condiciones coexistentes: Muchas personas con dislexia tienen otras condiciones como la ansiedad o el TDAH. Estas otras condiciones pueden aumentar el riesgo de tener depresión.
Con el apoyo adecuado, los jóvenes con dislexia y depresión pueden manejar estas condiciones y salir adelante. Continúe leyendo para averiguar cómo luce la depresión en niños y cómo ayudar.
Profundice
La depresión en niños con dislexia luce muy similar a la depresión en cualquier otro niño. Los síntomas de la depresión incluyen:
Sentirse muy triste o desanimado (o lo que los médicos llaman un “estado de ánimo bajo”).
Dificultad para enfocarse y quejarse de aburrimiento.
Dormir mucho o muy poco.
Disminución o aumento del apetito.
Irritación o enojo mucho por cosas sin importancia.
Alejarse de los amigos y pérdida de interés en sus actividades favoritas.
No hacer la tarea o no ir a la escuela.
Hablar de sentirse desesperanzado o desamparado.
La depresión también puede empeorar algunos comportamientos relacionados con la dislexia. Por ejemplo, la dificultad para enfocarse en lo que están leyendo que presentan los niños con dislexia puede ser aún mayor si están deprimidos. Puede que traten de evitar las clases en las que tienen que leer en voz alta. Es posible que hagan cosas como pedir quedarse en casa en lugar de ir a la escuela o pasar mucho tiempo de clase en el baño.
Los investigadores están analizando si los adolescentes con dislexia tienen más probabilidad de intentar suicidarse que otros adolescentes que no tienen dislexia. Es importante tomar en serio cualquier comentario que indique desesperanza, desesperación o ideas de suicidio. Actúe de inmediato para encontrar ayuda.
Algunos niños son diagnosticados con dislexia y depresión al mismo tiempo. Cuando esto ocurre, las familias pueden pensar equivocadamente que solo necesitan enfocarse en la lectura. Que al mejorar las habilidades lectoras de su hijo también mejorará su estado de ánimo.
No obstante, las familias necesitan enfocarse en ambos problemas al mismo tiempo. Una de las razones es que las personas con depresión tienen poca energía. Los niños necesitan energía para permanecer en una intervención educativa.
La ayuda profesional es muy importante. Sin embargo, las familias pueden ayudar a los niños con dislexia a sentirse menos solos con sus dificultades. Saber por qué tienen dificultad con la lectura y que la dislexia es muy común puede reducir el riesgo de depresión.
Hacer amigos es otra manera de evitar que los niños con dislexia se depriman. Un estudio realizado en 2020 (enlace en inglés) encontró que los niños que tienen una red de amigos sólida tenían menos probabilidad de desarrollar depresión en el bachillerato.